Emmanuel Macron ha dado el pistoletazo de salida a la campaña de las elecciones al Parlamento Europeo del próximo 26 de mayo. El presidente francés quiere liderar el debate de unos comicios que considera decisivos para el futuro. «Nunca, desde la segunda guerra mundial, ha sido Europa tan necesaria. Y, sin embargo, nunca ha estado tan en peligro», advierte en una tribuna dirigida a los electores, traducida a 24 idiomas y publicada en diarios de los 28 países de la Unión Europea.

Titulado Por un renacimiento europeo, el mensaje puede leerse como la continuación del discurso de la Sorbona pronunciado en septiembre del 2017. Entonces habló de una Europa soberana, unida y democrática y expuso una hoja de ruta para refundar el proyecto europeo. Ahora presenta una serie de propuestas entorno a los valores de libertad, protección y progreso en un contexto marcado por la ultraderecha y el embrollo del brexit.

Macron, que llegó al Elíseo en el 2017 con un programa marcadamente europeísta, parte del diagnóstico de que la Unión Europea ha sido incapaz de responder a los miedos de la gente y a sus deseos de protección frente a las sacudidas de un mundo en permanente cambio. El brexit, dice, es el símbolo de ese fracaso y la tentación del repliegue nacionalista una «trampa que amenaza a toda Europa». El líder francés arremete contra quienes «explotan el enfado apoyándose en informaciones falsas» y reivindica la idea de Europa como un «éxito histórico y un proyecto inédito de paz, de prosperidad y de libertad». Ese proyecto, añade, sigue protegiéndonos hoy porque ningún país puede actuar solo frente a las «estrategias agresivas de las grandes potencias».

CIBERATAQUES Y DEMOCRACIA

La tribuna es el esqueleto de un programa electoral en el que Macron plantea crear una agencia europea de protección de las democracias con expertos encargados de preservar los procesos electorales frente a ciberataques y otras manipulaciones. Quiere prohibir a potencias extranjeras financiar partidos políticos europeos, una medida que se aplica en Francia pero no en el conjunto de la UE, y vetar en internet los discursos de odio y violencia.

Consciente del peso que el tema de la inmigración tendrá en la campaña, propone revisar el funcionamiento del espacio Schengen para reforzar los controles en las fronteras y unificar las reglas de la política de asilo. Macron promueve una policía común de fronteras, una oficina europea de asilo y un Consejo Europeo de seguridad interior.

Las fronteras también deben garantizar una competencia justa y por lo tanto conviene refundar la política comercial para sancionar a aquellas empresas que atenten contra los intereses estratégicos o las normas medioambientales, y asumir, como lo hacen EEUU y China, la preferencia europea en los mercados públicos.

Europa también debería instaurar un «escudo social» que garantice a todos los trabajadores la misma remuneración por el mismo trabajo y un salario mínimo europeo adaptado a cada país. El presidente francés quiere que la UE lidere la lucha contra el cambio climático y lanza asimismo la idea de un banco europeo del clima para financiar la transición ecológica, así como una institución sanitaria que refuerce el control de los alimentos.

Europa tiene que dotarse de un organismo de supervisión de los gigantes digitales y financiar la innovación con un presupuesto comparable al de EEUU para liderar nuevas tecnologías como la inteligencia artificial.

Los comicios del 26 de mayo también serán importantes para Macron desde el punto de vista doméstico, porque se tratará de su primera cita con las urnas desde que alcanzó la presidencia de la República. Su resultado será un test para calibrar el impacto de la crisis de los chalecos amarillos y su capacidad para seguir adelante con el programa de reformas. Los recientes sondeos sobre intención de voto sitúan a La República en Marcha (LREM) y a Reagrupación Nacional (antiguo Frente Nacional) en cabeza, todo a un nuevo duelo entre Macron y Marine Le Pen.