El 22 de mayo nunca será un día más en Manchester. La fecha está grabada en el corazón de la ciudad sacudida por el ataque terrorista que se llevó 22 vidas y dejó 800 heridos. Un año después de aquella atrocidad, miles de personas se disponen a rendir tributo a las víctimas del concierto de Ariana Grande en el Manchester Arena. La cantante fue la primera en mandar un emotivo mensaje en twitter al comienzo de la jornada. “Pienso en vosotros cada día. Os quiero con toda mi alma y os mando toda la luz y calidez que os pueda ofrecer en este día difícil”.

TENÍA OCHO AÑOS

El concierto de Ariana era el primero al que asistían muchos de los niños y adolescentes que acudieron aquella noche a ver a su ídolo. Saffie Roussos tenía 8 años y fue la víctima mortal más joven. “La vida para nosotros jamás volverá a ser igual”, admite su padre. “Compramos las entradas en Navidad. Saffie estaba obsesionada con Ariana Grande. Bailaba y cantaba todo el tiempo sus canciones”. Algunos padres viven ahora mortificados por haber comprado las entradas para el concierto, incapaces de superar un sentimiento de culpa tan injusto como inevitable. Salam Abedi, el terrorista suicida, hizo estallar la bomba a final del show, cuando los espectadores empezaban a abandonar el recinto. Un momento calculado, según la policía, para provocar el mayor número posible de víctimas.

CORO DE SOBREVIVIENTES

El príncipe Guillermo y la primera ministra, Theresa May, acompañarán a las familias de las víctimas en la catedral de Manchester donde se celebrará un oficio religioso. El público podrá seguir la ceremonia en las pantallas gigantes instaladas en los jardines próximos y en los templos de otras ciudades, como York, Liverpool y Glasgow. El país entero guardará un minuto de silencio y más de 3.000 cantantes de los coros locales se unirán en un evento por la tarde en Albert Square. Uno de los participantes, el Manchester Survivors Choir (Coro de sobrevivientes de Manchester), está integrado por víctimas del ataque. Su cofundadora, Cath Hill, ha explicado cuál es el mensaje que desean transmitir. “Queremos mostrar al mundo lo que somos ahora, después de hablar durante meses y tratar de asimilar lo que pasó. Estamos decididos a hacer algo positivo con nuestras vidas”.

CICATRICES PROFUNDAS

Otro punto de cita será St Ann’s Square, el lugar donde, después de la tragedia, decenas de miles de personas depositaron ramos de flores, fotografías y recuerdos en una impresionante muestra de duelo colectivo. Por la noche las campanas sonarán a las 10.31 pm en punto para señalar el momento exacto en el que estalló la bomba. El alcalde de Manchester, Andy Burnham, reconoce que la ciudad está aún tratando de curar las heridas. “Manchester ha cambiado”, declaró a la BBC. “Somos más fuertes, estamos más unidos y hay un sentido de espíritu de comunidad palpable. Pero por debajo las cicatrices son profundas y auténticas. Somos una ciudad que se está recobrando”

CONEXIONES CON AL QAIDA

El informe llevado a cabo sobre el ataque suicida concluyó que pudo haberse evitado. El terrorista se hallaba en el radar de las fuerzas de seguridad. Estaba considerado “sujeto de interés” por los servicios de inteligencia del MI5, pero se dejaron pasar varias ocasiones de detenerle. Abedi fue investigado en el 2014 y de nuevo en el 2015. En dos ocasiones antes del ataque del Manchester Arena, el MI5 recibió información sobre él, a la que no concedió importancia, pero en retrospectiva, después de la tragedia, se consideró “altamente significativa”.

Salam Abedi de 22 años era británico. Había nacido en Manchester en el seno de una familia de refugiados libios que tenía conexiones con una milicia relacionada con Al Qaida. Poseía doble nacionalidad y semanas antes del ataque el terrorista viajó a Libia, donde viven sus padres. Las autoridades británicas han solicitado la extradición de su hermano menor, Hashem Abedi, sospechoso, según las pruebas recopiladas por la policía del Gran Manchester, de complicidad en la preparación del atentado.