El presidente de Estados Unidos, George Bush, defendió ayer al general Ricardo Sánchez, vinculado por algunos oficiales con el escándalo de las torturas a los presos. El Pentágono, que anunció el martes que lo reemplazará como jefe de las tropas de Estados Unidos en Irak, descartó que fuera por los abusos.

"Rick Sánchez ha hecho un trabajo fabuloso, su servicio ha sido ejemplar", declaró Bush, que argumentó el cambio por el "largo periodo de tiempo" (13 meses) que el militar lleva destacado en el país.

El relevo ha levantado suspicacias. "Hay que ser bastante ingenuo para pensar que los problemas del abuso de detenidos no tienen nada que ver", comentó el analista militar Loren Thompson.