Las fallidas reformas de seguridad social impulsadas por el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega y por su esposa, Rosario Murillo, han detonado que los ciudadanos se manifiesten en las calles exigiendo la renuncia del presidente.

El sábado, una manifestación pacífica contra Daniel Ortega en Managua, sufrió ataques de la policía utilizando bombas de sonido, balas de goma, aunado a las agresiones físicas que se suscitaron.

Entre los lesionados se encuentran una camarógrafo de la cadena CNN, a quien arrebataron su casco blindado, y un fotógrafo de la AFP.

Testigos de la zona señalaron que muchos de los manifestantes lograron huir al saltar los muros de sus casas, sin embargo, los que no lo consiguieron, fueron detenidos por la policía y llevados en varias camionetas.

La oficina del Alto Comisionado de la Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh) ha responsabilizado a Ortega por más de 300 muertos, aunque el Gobierno ha desmentido tal cantidad, señalado que han sido 191 decesos.

La Policía Nacional había avisado que la protestas contra el presidente son “ilegales”, aunque diversas organizaciones humanitarias afirman que están aprobadas en las leyes de Nicaragua.