Hacía ya más de un mes que las protestas se sucedían cada día cuando la policía, este lunes, decidió que ya se había terminado. A la puerta de la Universidad del Bósforo, la más prestigiosa de Estambul y Turquía, se habían desplegado varios camiones con agentes antidisturbios. Otros, cargados con fusiles, esperaban en los techos de los edificios colindantes.

Pero los estudiantes llegaron y protestaron, como cada día junto con sus profesores: nadie en la universidad del Bósforo acepta al nuevo rector de la institución, Melih Bulu, que en contra de lo que marcan las normas universitarias, no fue elegido por los académicos de la Universidad del Bósforo sino que fue nombrado directamente por el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan. Contra Bulu, además, pesan muchas acusaciones de plagio.

La protesta ocurrió a media tarde del lunes y la policía rápidamente la dispersó, y obligó a los jóvenes, a marcharse en fila. "No tenéis dignidad", les gritaba un policía a los estudiantes, “tú, camina y mira al suelo”. Y ahí es donde estalló todo: el joven al que le obligaban a bajar la vista se rebeló. Los policías le agarraron. Él, junto con otros más, se fue detenido al instante.

Después del suceso, la tensión subió: la protesta llegó al campus universitario y se alargó hasta la noche. A las 21 horas -cuando empieza el toque de queda en Turquía por el coronavirus-, varios estudiantes seguían protestando. "¡No miraremos abajo!" se había convertido en trending topic en todo el país.

Por la noche, la policía preparó una gran intervención y una redada en el campus, y las autoridades detuvieron a 159 estudiantes, acusados de participar en una protesta ilegal. Tras declarar en comisaría, 108 han sido liberados este martes por la mañana. Los demás siguen bajo custodia policial.

Contra los LGTBI

Cuando el nuevo rector fue anunciado y las manifestaciones empezaron a finales de diciembre, el Gobierno turco hizo ver que no pasaba nada en la Universidad del Bósforo, de donde, de hecho, han salido muchos de sus cuadros, entre ellos el ministro de Exteriores turco.

Todo cambió, sin embargo, la semana pasada: un grupo de estudiantes exhibió en las protestas una pancarta con la bandera de defensa de los derechos LGBTI y la Mecca y los sectores más conservadores de Turquía estallaron. Dos jóvenes fueron detenidos por portar la pancarta e insultar al sentimiento religioso. El ministro del Interior turco llamó a los homosexuales degenerados.

Erdogan también puso de su parte. “Dios mediante, llevaremos a nuestra juventud hacia el futuro, no como juventud LGBTI, sino como juventud que es parte del glorioso pasado de nuestra nación. Vosotros no sois la juventud LGBTI; vosotros no sois esa juventud vándala”, dijo el presidente turco en un acto con las juventudes de su partido.

Lejos de amedrentarse, las asociaciones de estudiantes tanto de la Universidad del Bósforo como de otras han anunciado ya más protestas en los próximos días. A ellas también se unirán, según han dicho algunos académicos, profesores universitarios.