Un nuevo frente de guerra se abrió ayer ante el presidente de Estados Unidos, George Bush. Pero esta vez fue en Washington, cuyas calles quedaron inundadas por miles de mujeres de toda la nación que acudieron a protestar contra la ofensiva presidencial para acabar contra el derecho al aborto, uno de los temas de mayor impacto en las elecciones.

"Esta Administración está llena de gente que considera Roe contra Wade la peor abominación en la historia de nuestras leyes constitucionales", aseguró Hillary Rodham Clinton, en un desayuno previo a la marcha organizada por 1.400 organizaciones, que esperaban la participación de más de medio millón de personas. La senadora por Nueva York y exprimera dama se refería a la sentencia del Tribunal Supremo que legalizó el aborto en 1973.

"Si el Gobierno le quita a las mujeres los abortos legales, limpios y seguros, están animándolas a que se maten ya que las mujeres necesitan el aborto", recalcó la actriz Whoopi Goldberg, una de las organizadoras de la marcha, que debía concluir a corta distancia de la Casa Blanca. Hollywood estuvo representado por una nutrida legión de rostros famosos, entre ellos los de Uma Thurman, Charlize Theron, Helen Hunt, Salma Hayek, Demi Moore, Sharon Stone y Julia Stiles. También acudieron miembros de organizaciones proaborto de 60 países, que rechazan el apoyo de Bush a que se elimine este derecho.

El pasado enero el presidente calificó de "causa noble" los intentos de derogar la sentencia Roe contra Wade, al dirigirse a los participantes en una marcha contra el aborto. Este derecho divide a la sociedad estadounidense, como mostró el 53% de apoyo a su mantenimiento publicado el pasado noviembre en una encuesta de la cadena de TV NBC y el diario The Wall Street Journal .

KERRY COMULGO Pese a ser católico practicante, el candidato demócrata a la Casa Blanca, John Kerry, defiende el derecho a abortar. Con ello, Kerry se arriesga a ser objeto de las iras vaticanas, ya que la Santa Sede dejó claro el viernes que los políticos favorables a la interrupción del embarazo no deberían ni recibir la comunión. En Boston, sin embargo, se hizo caso omiso el sábado a esta orden, pues Kerry comulgó.