La primera ministra británica, Theresa May, y la jefa del Gobierno escocés, Nicola Sturgeon, abordaron hoy sus diferencias sobre el brexit en un encuentro en Edimburgo en el que anunciaron un paquete de inversiones destinado a fomentar el empleo en la región. Las dirigentes firmaron un convenio para implementar estas inversiones, que May calificó como «un paso emocionante hacia un futuro mejor» para Edimburgo y el sureste de Escocia.

El presupuesto de 1.200 millones de libras (1.340 millones de euros) está destinado a impulsar la actividad económica, la investigación en tecnología espacial y alimentaria y la cultura. En total, está prevista la creación de 21.000 nuevos puestos de trabajo en el sector de la investigación, los servicios y las infraestructuras con la construcción de viviendas, carreteras y una sala de conciertos, ubicada en la capital escocesa.Durante un acto celebrado en la Universidad de Edimburgo, la jefa del Ejecutivo británico dijo que el país «puede lograr mucho más junto de lo que podría de forma separada», en alusión a la demanda de independencia que defiende el Partido Nacionalista Escocés (SNP), liderado por Sturgeon. Antes de escenificar la firma del acuerdo, May y Sturgeon mantuvieron un encuentro privado en el que hablaron sobre el brexit, según recogieron los medios locales. En declaraciones previas al encuentro, May realzó los beneficios de salir de la UE y recalcó que el brexit traerá un «futuro más próspero» para todo el Reino Unido, que conllevará la creación de mejores empleos.

Sturgeon, por su parte, dijo que una retirada sin acuerdo sería «totalmente inaceptable y profundamente perjudicial» para el país. Asimismo urgió a May a explicar su plan b sobre el brexit en caso de que las negociaciones con los socios comunitarios no permitan cerrar un acuerdo antes de la salida del bloque común, prevista para el 29 de marzo del año que viene. Destacó que May debe negociar un acuerdo de retirada que permita una transición ordenada, así como hacer pública una declaración detallada sobre la futura relación entre el Reino Unido y la UE con el objetivo de evitar un «brexit a ciegas».