A José Manuel Durao Barroso le quedan las horas contadas como primer ministro de Portugal. Desde que el martes que se hizo oficial su candidatura para suceder a Romano Prodi en la presidencia de la Comisión Europea, el portugués tiene la mirada puesta en Bruselas, en donde le gustaría estar ya el lunes para preparar su primera intervención ante el Parlamento Europeo, el 20 de julio. Mientras, en Portugal bulle la crisis política abierta por la designación y tres sondeos divulgaron ayer cuál es la preferencia de los portugueses para resolverla: la celebración de elecciones anticipadas.

Entre el 51% y el 61% de los portugueses son partidarios de resolver la crisis en las urnas, una opción que también defiende la oposición. Eduardo Ferro Rodrigues, secretario general del Partido Socialista (PS), anunció a la salida de la comisión nacional que celebró el partido que entre los socialistas hay "unanimidad" en que "tiene que ser el pueblo quien decida el próximo primer ministro". La misma opinión expresó Carlos Carvalhas, secretario general del Partido Comunista (PCP), que insistió en que "hay que dar la palabra al pueblo". El Bloco de Esquerda (BE) coincidió con los anteriores.

La derecha del CDS-PP, socio del Partido Social Demócrata (PSD) en la coalición gubernamental, no considera necesarias las elecciones anticipadas y afirma que el primer ministro deberá salir de las filas del PSD.

DIMISION PARA EL DOMINGO Barroso tendrá que presentar su dimisión como jefe del Ejecutivo portugués, lo que se prevé el domingo. Antes se deberá resolver su sucesión al frente del PSD. Hoy mismo se celebra un Consejo Nacional en el que Barroso tendrá que presentar su dimisión como presidente y en el que se espera que salga el nombre del sucesor.

Por el momento, el nombre que más ha sonado para este cargo ha sido el del vicepresidente del partido y alcalde de Lisboa, Pedro Santana Lopes. Si el PSD llega a un consenso y hay unanimidad sobre Santana, significaría que se convertiría en el número uno del partido, por lo que también tendría que dejar la alcaldía de Lisboa, para la que ya se barajan algunos nombres.

Pero que Santana Lopes se convierta hoy en presidente del PSD no significa que sea automáticamente primer ministro de Portugal. Esa decisión la tomará el presidente de la República, Jorge Sampaio, que tendrá la última palabra en esta crisis política, segun establece la constitución lusa.