Faluya es una ciudad sembrada de cadáveres, donde miles de civiles sobreviven sin agua, luz, comida ni asistencia sanitaria. Las organizaciones humanitarias lanzaron ayer un llamamiento para que su personal pueda entrar lo antes posible en la ciudad y así asistir a la población civil atrapada en el casco urbano. Los combates continuaron ayer, aunque las tropas norteamericanas aseguran tener a los rebeldes acorralados, y la ciudad prácticamente en sus manos.

La cadena qatarí Al Jazira contactó ayer por teléfono con un médico de Faluya que aseguró que centenares de cuerpos sin vida permanecen tendidos en las calles de la ciudad rebelde, mientras que miles de civiles heridos corren el peligro de morir por falta de asistencia sanitaria. "Los soldados exigen a la población que se rinda y entregue las armas, pero nadie puede salir de las casas sin exponerse a ser asesinado", dijo el doctor Alí Abbas.

"GRAN DESASTRE" La portavoz de la Media Luna Roja iraquí, Firdus al Ubaidi, --organización hermana de la Cruz Roja española-- calificó ayer la situación de "gran desastre". La organización humanitaria ha pedido al Ejército estadounidense y al Gobierno interino iraquí luz verde para entrar en el casco urbano, pero todavía no ha recibido respuesta. "La gente ha comenzado a cavar en los jardines para enterrar a los muertos y evitar que se propaguen la fetidez y las enfermedades", aseguró Ubaidi.

En el campo militar, las tropas norteamericanas han conseguido hacerse con el control de casi toda la ciudad, excepto de la parte sur, donde los rebeldes se han replegado y buscado refugio. De todas maneras, los insurgentes lanzaron ayer ataques esporádicos en algunas zonas que aparentemente están bajo control del Ejército de EEUU, como el barrio de Jolán, en el noreste de la ciudad. En esta zona, los marines hallaron ayer varios arsenales de armas escondidas en diferentes casas y en una fábrica cercana al cementerio local. Entre el material incautado había fusiles de asalto, obuses, granadas y proyectiles antitanque.

Desde que empezó la ofensiva, han muerto 22 soldados estadounidenses y 178 han resultado heridos. Los fallecidos en el Ejército gubernamental iraquí se elevan a 5 y a 40 los heridos. El alto mando militar de EEUU estimó en más de 600 los rebeldes muertos. Fuentes estadounidenses creen que los máximos líderes de la insurgencia han logrado huir, entre ellos el jordano Abú Musab al Zarqaui.

Entretanto, Mohamed al Yundi, el chófer sirio secuestrado a finales del mes de agosto junto a dos periodistas franceses, fue hallado vivo durante la ofensiva en Faluya, según anunció ayer un portavoz militar norteamericano. El liberado dijo no saber dónde se hallaban los periodistas, de los que había sido separado hacía ya tiempo.

El Gobierno iraquí decidió ayer enviar refuerzos al norte del país, donde los rebeldes han intensificado sus ataques, particularmente en Mosul, la tercera ciudad de Irak. En Bagdad, un soldado de EEUU murió ayer en una emboscada, mientras que un helicóptero Black Hawk fue alcanzado por los insurgentes. Tres tripulantes resultaron heridos.