Los talibanes han reivindicado el atentado suicida perpetrado el lunes con un coche bomba en el oeste de Kabul, en el que han muerto, al menos, 35 civiles y 42 resultaron han resultado heridos, y que, según los insurgentes, iba dirigido contra miembros de los servicios de inteligencia.

El objetivo eran dos microbuses con "interrogadores" de los servicios de inteligencia afganos, ha dicho el portavoz de los talibanes, Zabihullah Mujahid, en un comunicado.

La explosión del vehículo tuvo lugar poco antes de las 7.00 hora local, en una calle en el distrito policial 3 en el oeste de la capital afgana.

"Esos dos microbuses llevaban dos meses bajo vigilancia y fueron atacados hoy después de que hubieran recogido a todos los pasajeros", indicó Mujahid, que agregó que los vehículos se dirigían a la sede de los servicios de inteligencia en la capital afgana.

La agencia de inteligencia Directorio Nacional de Seguridad (NDS) rechazó la versión de los talibanes, al afirmar que ese departamento "no utiliza autobuses para transportar a sus empleados".

Este es el atentado más grave en Kabul desde que el pasado 31 de mayo un camión cargado de explosivos causó 150 muertos y más de 300 heridas, convirtiéndose en el ataque más sangriento desde el inicio de la invasión estadounidense en Afganistán en 2001. Aunque ningún grupo reivindicó ese ataque, la NDS responsabilizó entonces a la red Haqqani, ligada a los talibanes, al afirmar que contó con "dirección y cooperación directa de la Agencia de Espionaje de Pakistán ISI", lo que negó Islamabad.