Irak vivió ayer una nueva jornada sangrienta, con al menos 32 iraquís y 9 soldados norteamericanos y 2 de las fuerzas de la coalición muertos en acciones violentas atribuidas a extremistas de Al Qaeda o a resistentes sunís. El atentado más mortífero se produjo en el superpoblado barrio de Ciudad Sadr, feudo del cabecilla shií radical Moktada al Sadr, donde varios proyectiles disparados por desconocidos acabaron con la vida de 14 civiles, mientras que en Iskandaria, al sur de la capital, una mina explotó al paso de un autobús y mató a otras 14 personas. En las cercanías de Basora, la resistencia lanzó tres lanchas cargadas de explosivos contra las instalaciones de una terminal petrolera vital para exportar crudo. Dos soldados de la coalición murieron y otros cuatro resultaron heridos.

Sadr había amenazado con lanzar ataques suicida contra las fuerzas ocupantes si las tropas de EEUU se lanzan al asalto de Nayaf. Pero ayer fueron sus partidarios los que se convirtieron en el objetivo de acciones violentas. Aunque los responsables de los disparos de proyectiles contra un mercado en Ciudad Sadr no han sido identificados, los portavoces de la coalición ocupante han venido atribuyendo a Al Qaeda los atentados contra los shiís con el objetivo de desencadenar una guerra civil entre comunidades religiosas.

Abdul Jabar al Zubeidi, director de un hospital cercano, declaró que una treintena de heridos se hallaban el estado crítico. Reuters Televisión mostró imágenes del mercado, con restos humanos y sangre en el pavimento. Idéntica cifra de víctimas (14 muertos) se produjo en las proximidades de Iskandaria, al sur de Bagdad, cuando una mina explotó al paso de un autobús de pasajeros en ruta hacia Bagdad, la capital.

Según un portavoz militar británico, una de las lanchas hizo explosión junto a un buque amarrado en la terminal petrolera, mientras que las otras dos embarcaciones fueron interceptadas por buques de la coalición cuando se acercaba a la zona de exclusión alrededor de la terminal. Un funcionario iraquí declaró que "todos los trabajadores fueron evacuados" y se mostró preocupado ante la posibilidad de "más ataques", aunque no hubo daños.

Las tropas norteamericanas perdieron a cinco soldados en una base al norte de Bagdad, cuando dos proyectiles impactaron en su interior. Otros dos militares de EEUU murieron cerca de Kut, al sur, durante un ataque a un convoy militar estadounidense, y dos soldados más en Faluya y Samarra, en el triángulo suní .

Por último, en Tikrit, un atentado suicida mató a tres agentes policiales y en Faluya, al oeste, ciudad asediada por los marines, murió un menor por disparos de francotiradores.

Ante el caos reinante, el Gobierno de Noruega decidió seguir los pasos de España. Según afirmó ayer el semanario alemán Focus , Oslo retirará en junio a los 150 soldados que tiene desplegados en el sur.