Toda acción terrorista pretende ser un mensaje; que lo consiga o no es otra cosa, porque depende mucho de lo que sus autores tengan en la cabeza, del contexto o del objetivo. El secuestro del diplomático egipcio podría ser: Las mezquitas son nuestras, somos el islam verdadero. Pero el terrorismo es fácilmente manipulable, y más con esa especie de libre franquicia descontrolada que inauguró Al Qaeda. Por eso, las razones y autores reales de esta acción pueden ser muy diversos y quizá la primera manifestación clara de un error que tarde o temprano llevará la ruina a Al Qaeda y sus imitadores.

*Profesor de Historia.