El Gobierno de Angela Merkel impuso este martes su línea dura para combatir la epidemia de covid-19, con la instauración de un mecanismo que automatiza y armoniza las medidas en todo el territorio alemán.

La cancillera ha avanzado las claves del nuevo proyecto de ley aprobado este martes por el Consejo de Ministros, que restringe la capacidad de acción de los 'länder' (estados federados), con los que se habían multiplicado las tensiones en los últimos tiempos, e impone "duras restricciones" en las regiones con mayor incidencia acumulada, como toques de queda nocturnos, y limitación de los contactos interpersonales y de la actividad económica.

"La situación es seria", argumentó Merkel, que subrayó que el único objetivo de estas medidas es "sacar al país de la fase ascendente" de la tercera ola de la pandemia.

Esta unificación pretende aportar claridad, señaló Merkel, que consideró que el método consensual empleado hasta ahora por el que el Gobierno federal y los estados pactaban todo "no vale" para "frenar y romper la tercera ola".

"Tarea hercúlea"

Merkel señaló además que el Estado y los ciudadanos deben contribuir para "ayudar" a los sanitarios en hospitales y ucis: "No podemos dejarles solos con esta tarea hercúlea".

La normativa aprobada por el Consejo de Ministros, una reforma de la ley de Protección contra Infecciones, establece que el denominado "freno de emergencia" sea aplicado de manera automática y uniforme en el país en base a un criterio objetivo: una incidencia acumulada de 100 positivo nuevos por cada 100.000 habitantes en siete días.

A partir de esa cifra, la reforma contempla un toque de queda entre las 21.00 y las 05.00 horas y la limitación de los encuentros privados en espacios abiertos y cerrados a los convivientes y una persona de otro domicilio (sin contar los menores de 14 años).

También fija el cierre de la mayoría de comercios, recintos culturales y de ocio, así como la restauración, a excepción de establecimientos con artículos de primera necesidad, farmacias, gasolineras, librerías, floristerías y peluquerías.

Clases presenciales

Las clases presenciales en los centros educativos estarán condicionada a la realización de dos test de antígenos semanales, y la presencialidad se suspenderá en los distritos que superen una incidencia acumulada en una semana de 200 casos por cada 100.000 habitantes durante tres días sucesivos.

La reforma de ley propuesta obliga asimismo a los empleadores a ofrecer a sus trabajadores en modalidad presencial al menos un test semanal.

El proyecto de ley debe pasar -probablemente por procedimiento de urgencia- por el Bundestag (cámara baja), donde la mayoría que respalda al Ejecutivo hará que salga adelante sin dificultades, y luego por el Bundesrat (cámara de representación territorial), donde deberá lograr el 'sí' de los 'länder'.