El Foro Económico Mundial es uno de los grandes escaparates internacionales del año. Conscientes de ello, la cancillera alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Emmanuel Macron, aprovecharon este evento anual en la ciudad suiza de Davos para pedir un papel más activo de la Unión Europea (UE). Así, aseguraron que este año esperan llevar a cabo una estrategia común para los próximos 10 años. «Tenemos que cambiar nuestra metodología y aquellos que no quieran avanzar no pueden bloquear a los más ambiciosos», advirtió Macron.

Reacia a algunas de las propuestas económicas que París y Bruselas solicitan para reformar la estructura de la eurozona, Merkel sí ha visto necesaria la convergencia de los Veintisiete en política exterior. Así, la líder conservadora pidió una mayor cooperación entre los estados de la UE para poder jugar un papel más decisivo en el plano internacional. «Tenemos que asumir más responsabilidad, tomar el destino con nuestras propias manos», aseguró. Para la cancillera, conflictos como la guerra en Siria en los que Europa casi no ha contado para nada ilustran la necesidad de una política europea conjunta.

Distanciamiento de Trump / Confiada en un escenario internacional que le hace ser mejor vista en casa, la cancillera alabó el multilateralismo como vía política para alcanzar acuerdos y pidiendo cooperación europea en cuestiones como el mercado digital para plantar cara a la creciente competitividad de otras potencias como China y Estados Unidos, que son vistos cada vez desde más distancia.

El mercado ecológico y la lucha contra el cambio climático, apuntó Macron - que se estrenaba en Davos -, es otro campo donde la UE debe ser más competitiva. Dentro de sus planes para combatir la «crisis del capitalismo contemporáneo», el presidente francés apostó por un mayor control del sistema financiero, así como evitar una carrera hacia la «injusta» reducción de impuestos para grandes empresas.

A pesar de no citarlo directamente, el presidente de EEUU, Donald Trump, y el nuevo rumbo político-económico seguido por su Administración estuvo presente en todo momento. «El proteccionismo no es la repuesta correcta», advirtió Merkel, remarcando el «egoísmo nacional» de algunos países.

También presente estuvo la irrupción y consolidación de partidos populistas de extrema derecha. El discurso ultranacionalista, conservador y xenófobo es cada vez más popular entre distintos sectores de la población, algo que la cancillera ha sufrido en casa con el exitoso auge de Alternativa para Alemania (AfD). En un año en el que se celebra el centenario del final de la primera guerra mundial, Merkel advirtió sobre la «mezcla venenosa» que explota el populismo jugando con los estereotipos y la frustración ciudadana.

Macron, quien necesitó una segunda vuelta de las presidenciales francesas para imponerse con autoridad a la líder islamófoba Marine Le Pen, aseguró que su principal reto es hacer ver a la clase media y trabajadora que la globalización puede beneficiarles. Para el líder francés, una Europa más fuerte es el antídoto contra «la fragmentación del mundo». «El crecimiento no resuelve todos los problemas, porque este crecimiento es menos equitativo», reconoció.

La cancillera también tuvo un mensaje de reconciliación con el Reino Unido. Merkel aseguró que la decisión británica de abandonar la UE puede echarse atrás. Sin embargo, poco tardó en recordar que la capacidad para entrar en el mercado único europeo, como desea Londres, va de la mano de la responsabilidad de aceptar la libertad de movimiento de sus ciudadanos. «Está en sus manos lo cerca que quieren que esa relación sea», apuntó.