Los combatientes del grupo radical Estado Islámico (EI) han tomado este jueves el control de zonas de mayoría cristiana ubicadas en la provincia de Nínive, en el norte de Irak, lo que ha provocado la huida de miles de familias, han informado fuentes de seguridad.

Los yihadistas han ocupado las localidades de Al Hamdaniya y Telkif, al norte de Mosul, capital de Nínive, después de expulsar en combates a las tropas kurdas o peshmergas de esas dos zonas.

Asimismo, los extremistas han logrado controlar también las áreas de Bertala, Al Kuir y Bashiqa, habitadas por una población mixta de musulmanes y cristianos, próximas a la frontera de Erbil, capital de la región autónoma del Kurdistán iraquí.

Miles de familias han abandonado sus hogares y han huido hacia el vecino Kurdistán en busca de lugares más seguros, según las fuentes, que han asegurado que hasta el momento se desconoce la cifra de víctimas de los ataques de los yihadistas.

Control de Mosul

En junio pasado, el EI se hizo con el control de Mosul, la segunda ciudad de Irak, y a partir de entonces continuó con su conquista hacia otras regiones, entre ellas Sinyar, lo que le acerca al último paso fronterizo con Siria que le falta por dominar.

Al hacerse con el control de Sinyar hace tres días, el EI desencadenó una crisis humanitaria que ha sido denunciada por la ONU, ya que los residentes de la ciudad tuvieron que huir a las montañas de los alrededores, donde permanecen atrapados.

Refugiados en las montañas

Se calcula que unos 200.000 civiles se encuentran desplazados, la mayoría de ellos kurdos pertenecientes a la comunidad religiosa yazidí, que se han refugiado en las montañas cercanas.

La Unicef denunció el martes que al menos 40 niños habían muerto en las montañas "como consecuencia directa de la violencia, el desplazamiento y la deshidratación que sufrieron en los últimos dos días" y pidió ayuda urgente para los cerca de 25.000 menores "atrapados en las montañas que rodean Sinyar".