Los milicianos del clérigo radical shií Moktada al Sadr empezaron ayer a entregar sus armas en tres comisarías del barrio de Ciudad Sadr, en Bagdad, en cumplimiento del primer punto del acuerdo de alto el fuego alcanzado este fin de semana entre el Gobierno provisional y los rebeldes shiís. Un síntoma de pacificación que contrasta con los actos de violencia que se registraron ayer en diferentes lugares del país y que causaron la muerte a dos iraquís y a dos soldados estadounidenses. A la lista de fallecidos ayer hay que sumar dos rehenes, un kurdo y un turco que fueron asesinados por sus captores.

"He entregado mis armas. Ahora estoy con el Gobierno provisional. Quiero la paz y no lucharé contra los americanos", dijo ayer a la agencia Reuters un joven iraquí tras depositar en la comisaría más de 20 granadas. Durante todo el día, numerosos milicianos shiís se acercaron a los centros policiales de Ciudad Sadr con fusiles de asalto, granadas antitanque, minas, morteros y toda clase de explosivos. Por cada arma entregada, los rebeldes recibieron dinero: desde cinco dólares (4,1 euros) por una pequeña granada de mano hasta mil dólares (826 euros) por un arma pesada automática.

FONDOS PARA LA RECONSTRUCCION Los rebeldes del Ejército de Mehdi tienen de plazo hasta el próximo viernes para deshacerse de su armamento, después de lo cual la Guardia Nacional iraquí asumirá el control del barrio. A cambio, el distrito quedará libre del asedio del Ejército estadounidense y recibirá más de 500 millones de dólares (413 millones de euros) para la reconstrucción. Además, el Ejecutivo iraquí pondrá en libertad a los shiís detenidos que no estén implicados en delitos de sangre. Ayer fueron liberados 154 presos de la cárcel de Abú Graib, en Bagdad, y del centro de detención de Camp Bucca, en el sur del país, aunque las autoridades no especificaron si se trataba de seguidores del clérigo radical Sadr.

Mientras se llevaba a cabo la entrega de armas, un ataque con cohetes de la resistencia acabó con la vida de dos soldados de EEUU en el sur de Bagdad. Otros cinco resultaron heridos. En Mosul, en el norte del país, un suicida estrelló un coche bomba contra un convoy militar estadounidense. La explosión mató a dos iraquís y dejó 18 heridos, de acuerdo con los testigos. Entretanto, en la ciudad rebelde de Ramadi tropas de EEUU y guerrilleros rebeldes libraron duros combates, así como en Hit, al sur de la capital, donde el Ejército estadounidense tiene desplegadas un gran número de tropas.

REHENES En otra muestra de barbarie, el grupo rebelde Ansar al Suna colgó ayer en internet las imágenes de la ejecución de un traductor kurdo y un ciudadano turco. La televisión qatarí Al Jazira emitió otro vídeo en el que el grupo Monoteísmo y Guerra Santa, responsable del asesinato de varios rehenes, entre ellos los del británico Kenneth Bigley y dos estadounidenses, amenaza con ejecutar a un camionero turco. El grupo exige la liberación de los presos en Irak y la salida del país de todos los trabajadores turcos.