Combatientes kurdos han continuado este lunes sus esfuerzos para retomar la presa más grande de Iraq sobre el río Tigris, al tiempo que EEUU ha llevado a cabo más bombardeos aéreos en la zona, en un intento de revertir los avances territoriales que habían logrado los insurgentes del Estado Islámico en el norte del país.

Los combatientes del Estado Islámico se habían apoderado en las últimas semanas de varias localidades y pozos de petróleo, así como del embalse de Mosul, lo que, sobre el papel, les concedía la posibilidad, de innundar ciudades o cortarles el suministro eléctrico.

Preguntado acerca de la ofensiva kurda para desalojar a los militantes fundamentalistas de la prensa, un funcionario kurdo ha declarado que el embalse aún no había sido reconquistado pero en cambio, "sí la mayoría del territorio adyacente".

Ataques aéreos

El Alto Mando estadounidense ha asegurado que en la última serie de ataques aéreos habían sido destruidos tres vehículos armados, un vehículocon una arma antiaérea adosada a una camioneta pick-up y un puesto de control de los militantes del Estado Islámico. Los bombardeos han seguido a otros nueve ataquesáéreos que han tenido lugar el sábado en las proximidades del embalse y de la capital del Kurdistán autónomo, Erbil.

La Casa Blanca había asegurado este domingo que el presidente Barack Obama había informado al Congreso que había autorizado los ataques estadounidenses para ayudar a retomar el control de la presa.

"La caída de la presa de Mosul podía afectar las vidas de un gran número de civiles, amenazar a personal e instalaciones estado unidenses -incluyendo a la embajada estadounidense en Bagdad- e impedir al Gobierno iraquí que suministre servicios esenciales a la población iraquí", ha asegurado la Casa Blanca en un comunicado.