La ministra británica de Cultura, Maria Miller, ha presentado este miércoles su dimisión a raíz del escándalo surgido tras conocerse su reclamación de gastos en concepto de vivienda, considerados excesivos, según ha confirmado el Gobierno de David Cameron.

En una carta enviada al 'premier', Miller señala que la controversia por estos gastos se ha vuelto "una distracción para el trabajo vital" que hasta ahora hacía en el Ejecutivo. En los últimos días, la ministra --que también es responsable de Deporte y Medios de Comunicación-- ha sufrido presiones para que dimitiera al revelarse que durante años reclamó excesivos gastos en concepto de vivienda. Además de dimitir, la dirigente devolverá a las arcas públicas 5.800 libras (6.991 euros).

Cameron ha aceptado la renuncia aunque ha confesado que se siente "apenado". El dirigente conservador ha agradecido a Miller su labor y ha expresado su deseo de que pueda volver al Gobierno "a su debido tiempo".

Investigación de 15 meses

Miller había sido sometida a una investigación de 15 meses por parte del llamado Comité de Estándares del Parlamento para esclarecer si había abusado de su derecho como parlamentaria a reclamar al erario público parte de los gastos de tener una segunda vivienda en Londres.

En concreto, el comité multipartito recibió en el 2012 una denuncia del diputado laborista John Mann en la que se ponía de manifiesto que Miller --que reclamaba 90.718 libras (109.391 euros) anuales para sufragar la hipoteca de su vivienda en la capital-- había permitido a sus padres vivir en esa casa sufragada por el contribuyente entre los años 2005 y 2009.

Los parlamentarios tienen derecho a pasar como gastos los costes de su alquiler o de la hipoteca del alojamiento que utilizan mientras se encuentran en Londres si son diputados por otra ciudad. En el caso de Miller, la investigación se centró en el hecho de que fueran sus padres los que habitaran esa segunda vivienda.