El primer ministro, Tony Blair, se encuentra en la cuerda floja a causa de la grave situación vivida en Irak y la estrecha alianza establecida con el presidente estadounidense, George Bush. En medio de una creciente impopularidad, los ministros de su Gobierno se plantean ya un futuro sin Blair y se han lanzado a la carrera por la sucesión, tal y como admitió el viceprimer ministro, John Prescott, en una entrevista concedida ayer a The Times.

SEISMO POLITICO Prescott, que ha sido número dos del primer ministro durante 10 años, estimó que está a punto de producirse un seísmo político y, "cuando las placas tectónicas se mueven, todo el mundo toma posiciones". Y reconoció que en el Gobierno ya se habla de un futuro sin Blair. "Todo primer ministro se va algún día", subrayó.

Si Blair opta por dimitir antes de que tengan lugar las próximas elecciones, previstas para el año próximo, su probable sucesor sería el actual ministro de Economía, Gordon Brown, con quien en 1994 pactó que se relevarían en el cargo. Sin embargo, Prescott advirtió a Brown que no debe esperar "una coronación", ya que es el Partido Laborista quien elige a su líder.

UN RESPIRO Las malas noticias que agobian a Blair le dieron el viernes un respiro, cuando el periódico sensacionalista Daily Mirror tuvo que reconocer la falsedad de las fotos publicadas sobre las torturas a las que eran presuntamente sometidos presos iraquís por soldados británicos. "Perdón, hemos sido engañados", tituló ayer a toda página el tabloide, cuyo director fue destituido.