A raíz de la muerte el pasado lunes de George Floyd, un hombre negro ahogado bajo la rodilla del policía blanco Derek Chauvin, la ciudad de Minneapolis se ha convertido en un polvorín que ha desatado olas de protestas en todo Estados Unidos contra la brutalidad policial y la injusticia racial. Los enfrentamientos y disturbios se han extendido por todo el país en varias noches de caos que se han saldado con cientos de detenciones, duras cargas policiales, incendios y múltiples toques de queda en las principales ciudades.

La Guardia Nacional de Estados Unidos se ha movilizado o está a punto de hacerlo en 13 estados. Una decena de gobernadores (Minesota, Ohio, Georgia, Colorado, Wisconsin, Kentucky, Tejas, Utah, Washington y Misuri) han solicitado públicamente su intervención para intentar contener los disturbios. Incluso el Ejército de Estados Unidos ha planteado abiertamente su participación.

Idoya Noain, periodista de EL PERIÓDICO en Nueva York, se ha trasladado hasta Minneapolis, epicentro del conflicto, para narrar cómo se están viviendo las protestas, en un experimento similar en el que participó hace unos días para mostrar cómo evolucionaba la pandemia del coronavirus junto a los corresponsales en Roma, Londres, París, Berlín, Nueva York, Estambul, Moscú, Buenos Aires, México y Washington. La cobertura sobre el terreno aporta historias y momentos que enriquecen y apuntalan el relato periodístico.

"Quiero ser parte de la historia. Porque estamos haciendo historia" asegura Kaiya, de 18 años enfundada en una máscara antigas en una manifestación por las calles de Minneapolis, en uno de los tuits publicados por Noain en los que retrata cómo está viviendo la ciudad las multitudinarias protestas por otro caso de letal violencia policial teñida de racismo.

En otros vídeos, la periodista recoge las voces de los manifestantes y sus carteles, a la vista a pesar de los gases lacrimógenos lanzados por la policía durante una manifestación en la avenida East Lake, uno de los cráteres de este Minneapolis volcánico de ira.

"Its not a riot. Its a revolution" (No es una revuelta. Es una revolución), se puede leer en una de las pancartas fotografiadas por Noain, que también ha captado las pintadas y destrozos en varios locales. En uno de ellos, con el rostro de Floyd.

La Policía de Minneapolis ha confirmado decenas de detenciones, pero se espera que la ciudad siga siendo un volcán en erupción por la ola de protestas contra la violencia policial contra las minorías.