Mientras Donald y Melania Trump tomaban ayer por la tarde el té en el castillo de Windsor con la reina, decenas de miles de británicos recorrían las calles de las principales ciudades del país para mostrar su rechazo a la visita del presidente de Estados Unidos. En Londres, con un tiempo muy veraniego, las fuentes de Trafalgar Square sirvieron para un chapuzón improvisado de muchos de los manifestantes allí congregados. La plaza del Parlamento fue otro de los escenarios de la protesta.

«Peligroso», «misógino», «racista» fueron las acusaciones más escuchadas al hablar del indeseable invitado.

«Desde que fue elegido se ha convertido en la personificación del odio», declaraba Kat Nicholls, de 32 años. «Desde que llegó al poder ha aumentado el racismo». La americana Chantal Parsons, que vive en el Reino Unido, no podía ocultar la «vergüenza» que le produce su presidente. «Me fui de Washington para alejarme de Trump y ahora está ahí. Tenía que venir a esta marcha», afirma.

La convocatoria había partido de dos organizaciones, Women’s March London y Stop Trump Coalition. En la primera abundaban padres y madres con sus hijos, algunos de ellos de corta edad. Las pancartas daban testimonio del sentimiento de repulsa contra el visitante. «Trump no eres bienvenido», «Trump Stop», «Trump a la basura», «¿Relaciones especiales? Quiero el divorcio». Dawn Hitchen, que había viajado con sus hijas desde Sussex se declaró asombrado «de lo increíble que resulta que un hombre tan poco cualificado tenga en sus manos tan enorme poder concentrado». «Dilo alto y claro, Donald Trump no es bienvenido», cantaban los manifestantes que empezaron a concentrarse desde primera hora en un ambiente relajado, pero fuertemente custodiado por la policía. Entre los participantes había políticos, como el líder del Partido Laborista, Jeremy Corbyn, su antecesor en el puesto, Ed Miliband y el exlíder de los liberales demócratas, Nick Clegg. «No tenía intención de venir, pero viendo los ataques sin sentido a la Unión Europea, la OTAN y la Organización Mundial de Comercio, he cambiado de opinión», decía Clegg.

«Donald Trump tiene derecho a la visita. Nosotros tenemos el derecho a decir que se equivoca», añadió. Hubo muchas muestras de apoyo al alcalde de la capital, Sadiq Khan, con carteles en los que se podía leer «London loves Sadiq». El edil está en el punto de mira de Trump desde hace tiempo y en la entrevista con The Sun volvió a arremeter contra él. «Ha hecho un trabajo terrible en Londres. Creo que ha hecho un trabajo muy malo en terrorismo, mal trabajo en la lucha contra la delincuencia». Khan sugirió que Trump le critica porque es musulmán y recordó los atentados de Niza, París, Berlín y Bruselas. «Qué el presidente Trump explique por qué me señala sólo a mí como responsable de actos de terrorismo y no a otro alcalde o líder». Khan autorizó a los manifestantes el uso de un bebé gigante inflable representando a Trump que estuvo flotando sobre Westminster.