El rey Mohamed VI rebaja la tensión en la región del Rif, al norte de Marruecos, al indultar a 188 presos activistas del movimiento de protesta social -conocido como Hirak Rif- que durante los últimos dos años han protagonizado manifestaciones en ciudades norteñas como Alhucemas, la que capitaneó la movilización.

El indulto del monarca aunque no amaina del todo los aires de cólera entre los rifeños por la gestión del Estado en el «control» de las manifestaciones que implicó represión policial y duras condenas contra los militantes, sí se interpreta como un segundo gesto de reconciliación con la población de esta díscola región.

El primero de ellos tuvo lugar el pasado mes de julio cuando se conmemoró el 19º aniversario de la llegada de Mohamed VI al trono y decidió pronunciar su discurso desde la tensa Alhucemas. Entonces, sorprendió que no mencionara ni hiciera ninguna alusión a la protesta social, entre las más inéditas de la historia de las movilizaciones en Marruecos. El Monarca ha esperado la celebración del Aid el Adha, la fiesta religiosa del sacrificio del cordero, la más importante del calendario musulmán, para lanzar al pueblo marroquí el indulto colectivo que suele realizar cuando se trata de celebraciones religiosas.

20 AÑOS DE CÁRCEL / Aunque se esperaba la puesta en libertad de presos por delitos comunes, se dudaba sobre la elección de los militantes rifeños para llevar a cabo su acto «sagrado». Entre los amnistiados, 11 pertenecen al núcleo del dirigente del Hirak, Nasser Zafzaf, sobre quien ha caído una pena de 20 años de cárcel. En total, 800 personas fueron arrestadas-158 menores de edad- y condenadas a diferentes penas.