El presidente de Bolivia, Evo Morales, ha anunciado la repetición de las elecciones en Bolivia, poco después de que la Organización de Estados Americanos (OEA), encargada de efectuar una auditoría del resultado de los comicios que le dieron la reelección a Evo Morales, anunció que ha detectado una manipulación informática en el recuento de los votos.

La contienda, señala el informe, no puede ser avalada y debe ser realizada nuevamente con otras autoridades electorales. La conclusión se conoce en medio de fuertes enfrentamientos entre la oposición y el Gobierno. Los adversarios políticos de Morales han abandonado a estas alturas la denuncia de fraude en las urnas para exigir su dimisión en las calles.

Las conclusiones de los expertos se conocieron cuatro día antes de lo previsto en lo que parece ser un intento de encauzar un conflicto que ya ha arrastrado a las instituciones policiales, que en varias regiones se han puesto del lado de la oposición.

El documento de la OEA consigna que se identificaron irregularidades "muy graves" que arrojan dudas sobre los cómputos finales del Tribunal Supremo Electoral (TSE) que dieron la victoria al candidato del Movimiento al Socialismo (MAS) con el 47,08% de los votos.

De acuerdo con el informe "en los cuatro elementos revisados (tecnología, cadena de custodia, integridad de las actas y proyecciones estadísticas) se encontraron irregularidades, que varían desde muy graves hasta indicativas". La OEA ha sido elocuente en su definición: "teniendo en cuenta las proyecciones estadísticas, resulta posible que el candidato Morales haya quedado en primer lugar y el candidato Mesa en segundo. Sin embargo, resulta improbable estadísticamente que Morales haya obtenido el 10% de diferencia para evitar una segunda vuelta", afirma la OEA.

Las manipulaciones al sistema informático son de tal magnitud que, subraya el informe, deben ser "profundamente investigadas" por parte del Estado boliviano para deslindar las responsabilidades de un caso de esta gravedad. Y añade: "El equipo auditor no puede validar los resultados de la presente elección, por lo que se recomienda otro proceso electoral. Cualquier futuro proceso deberá contar con nuevas autoridades electorales para poder llevar a cabo comicios confiables".

Compromiso de Morales

Morales había asegurado que acataría el veredicto de esa comisión. Antes de conocerse las conclusiones, en la noche del sábado, llamó a los partidos opositores a instalar un diálogo de emergencia para pacificar el país ante lo que ha denominado como un intento de un golpe de Estado. "Los convoco a reunirse y debatir para pacificar Bolivia. Un diálogo para preservar la vida de nuestros hermanos y hermanas. Esperamos más tarde o en la noche buscar soluciones pacíficas mediante el diálogo". A la vez, el presidente convocó a las fuerzas sociales que lo respaldan a mantenerse movilizados.

"No tengo nada que negociar con Evo Morales y su Gobierno", dijo Mesa, quien, a estas alturas del conflicto, ha quedado desdibujado porque el empresario ultraconservador de la región de Santa Cruz Luis Camacho pasó a liderar las protestas con su propuesta de reinstalar a Dios y la Biblia en el Palacio Quemado, la sede del Gobierno nacional.

Con parte de la policía amontinada, el Ejército boliviano anunció que no reprimirá las protestas y ha ha reclamado una solución en el ámbito político. "Las Fuerzas Armadas, enmarcadas en la democracia y las leyes, garantizaremos la unión entre compatriotas, por lo que ratificamos que nunca nos enfrentaremos con el pueblo, a quien nos debemos y siempre velaremos por la paz, convivencia entre hermanos y el desarrollo de nuestra patria", sostuvo el comandante de esa institución, Willams Kaliman.

Los "problemas generados en el ámbito político", subrayó, "deben ser solucionados en el marco de los más altos intereses de la patria, antes de llegar a momentos irreversibles".