El presidente húngaro, Viktor Orban, ha anunciado este viernes que reitra el proyecto de implantar un impuesto sobre el uso de internet después de que la iniciativa generar masivas protestas, sobre todo de jóvenes, por todo el país. Según Orban, "el impuesto sobre internet no puede ser adoptado en su forma actual". Además, ha prometido realizar en enero una serie de consultas para poder reformular la iniciativa.

El anuncio de ese proyecto, que supondría la aplicación de una tasa a las descargas por internet, hizo que el pasado domingo varios miles de personas se manifestaran en Budapest acusando el Gobierno de "liberticida". En realidad, las protestas por ese impuesto han sido las más multitudinarias a las que se ha enfrentadoOrban desde su llegada al poder en el 2010.

Para calmar las protestas, el Gobierno había asegurado que esa tasa no pasaría de los dos euros al mes por cada usuario. El proyecto fue criticado también por la Comisión Europea.

El impuesto sobre internet se suma a una serie de medidas adoptadas por Orban sobre la libertad de prensa o la justicia que han hecho que incluso EEUU denuncia un retroceso en los derechos humanos en Hungría,