Amal Hussain, la famélica niña yemení que protagonizó una de las imágenes de más impacto de los últimos tiempos para ilustrar las terribles consecuencias de la guerra y la hambruna en su país, ha fallecido. A sus 7 años y con un estremecedor aspecto, la pequeña reposaba en una cama de hospital con una mirada que impactaba tanto como su aspecto vulnerable.

El retrato de la niña hambrienta se publicó la semana pasada en The New York Times, el mismo medio que informó de que la niña ha perdido la vida. El jueves, la familia de Amal dijo que había muerto en un campamento de refugiados irregular a cuatro millas del hospital. «Mi corazón está roto. Amal siempre estaba sonriendo. Ahora estoy preocupada por mis otros hijos», reveló su madre, Mariam Ali, durante una entrevista telefónica con el medio estadounidense.

La pérdida pone cara y nombre al tremendo coste humano de un conflicto armado impulsado por los saudís, y cuya situación ha cobrado importancia en las negociaciones internacionales a raíz del escándalo mundial por las oscuras circunstancias que rodean al asesinato del disidente saudí Jamal Khashoggi en el Consulado de este país en Estambul.

Suad es una niña enferma, que respira con ayuda de un ventilador mecánico, en una cama del hospital de Al Sabaain de Saná, mientras su padre, Saleh Yamaan, la mira apoyado en la puerta intentando aguantar las lágrimas que asoman por sus ojos.

«La he llevado a tres hospitales diferentes para que recibiera un tratamiento para la diarrea, pero no mejoró y ahora sufre malnutrición aguda», asegura a Efe Yamaan, antes de balbucear «¡Oh, Dios!» al levantar la mano hacia el cielo.

El caso de malnutrición aguda de Suad es uno de los 1,8 millones que asuela actualmente la infancia en el Yemen, según datos de Unicef, entre los que se incluyen 400.000 con malnutrición grave aguda que batallan diariamente para sobrevivir.

Además, la agencia de la ONU estima que uno de cada tres niños en el Yemen, y una de cada cinco embarazadas y madres lactantes están en riesgo de desnutrición aguda en un momento en el que 11,3 millones de menores en el país necesitan ayuda humanitaria.

El Yemen es actualmente escenario de la peor crisis humanitaria en el mundo, según la ONU, ya que el país sufre un conflicto civil que empezó a finales de 2014 y se recrudeció a partir de marzo de 2015 por la intervención de la coalición árabe liderada por Arabia Saudí, que lucha contra los rebeldes hutíes.

Los bombardeos de la coalición de países árabe han acabado con la vida de niños y mujeres en su ofensiva para intentar restaurar al presidente Abdo Rabu Mansur Hadi en el Gobierno de Saná, dominado por los hutíes, que cuentan con el respaldo de Irán.