Al menos 15 insurgentes murieron en un bombardeo del Ejército de Pakistán sobre el área tribal de Waziristán del Norte, en el noroeste del país, según un comunicado de las Fuerzas Armadas recibido hoy por Efe.

"Hay informes de la muerte de 15 insurgentes, incluidos extranjeros, en estos ataques", dice la nota de los militares, que precisa que la operación tuvo lugar en la zona de Miralí y que "fueron destruidos enormes alijos de armas y municiones".

Un funcionario del organismo de coordinación de las áreas tribales confirmó a Efe el bombardeo.

Las dificultades de acceso a los remotos y montañosos enclaves del noroeste del país hacen casi imposible contrastar con fuentes independientes los datos aportados por el aparato de seguridad sobre los frecuentes combates con la insurgencia islamista.

El operativo aéreo se produjo al día siguiente de la muerte de un oficial del Ejército en un tiroteo con los talibanes cerca de la localidad noroccidental de Pesháwar y tras la muerte el lunes de otro militar en la vecina zona tribal de Waziristán del Sur.

Hace un mes, los militares anunciaron la muerte de una treintena de insurgentes, entre ellos numerosos extranjeros, en una serie de bombardeos aéreos en Waziristán del Norte lanzados también en los días posteriores a acciones insurgentes contra las Fuerzas Armadas.

Una nota difundida el miércoles por el servicio de relaciones públicas de la institución armada remarcó que 460 "inocentes" han muerto desde septiembre pasado, cuando los partidos políticos decidieron mayoritariamente promover el diálogo con la insurgencia talibán.

El Gobierno paquistaní comenzó hace dos semanas conversaciones formales con el principal grupo talibán del país, el TTP, pero el proceso quedó suspendido por la negativa de los emisarios gubernamentales a continuar hasta que no haya un alto el fuego de los integristas.

Desde que empezaron las negociaciones, medio centenar de personas ha muerto en acciones del TTP y sus aliados, y cunde el escepticismo sobre el resultado de un proceso de diálogo que, según numerosos analistas y diplomáticos extranjeros, es reprobado por el Ejército.

Pakistán ha experimentado el último año un notable incremento de la actividad terrorista y se ha roto una tendencia a la baja iniciada en 2010.

Según un informe del Instituto Paquistaní de Estudios de Paz, el año pasado se cometieron en el país asiático más de 1.700 atentados -un 61 % de ellos perpetrado por el TTP y sus aliados-, en los que murieron cerca de 2.500 personas, un 19 % más que en 2012.