Cuarenta y tres personas murieron ayer al estrellarse un avión iraní de la aerolínea Kish cuando se disponía a aterrizar en el aeropuerto de Sharjá, uno de los Emiratos Arabes Unidos. Tres personas lograron sobrevivir, aunque dos de ellas estaban anoche muy graves.

El accidente se produjo a las 11.40, hora local, (13.40 en España). La agencia emiratí de noticias explicó que el avión, que había salido de la isla iraní de Kish hacia el aeropuerto de Sharjá, se estrelló por causas desconocidas, a tres kilómetros de la pista de aterrizaje, y a sólo 200 metros de una zona residencial. El aparato no causó ninguna víctima entre los habitantes de la zona.

El director general del aeropuerto, Ghanim Al Hajiri, dijo que la torre de control del aeropuerto no recibió ninguna llamada de socorro del avión iraní antes de estrellarse ni el capitán comunicó problema mecánico alguno en el aparato. Los investigadores encontraron la caja negra del avión a las pocas horas.

LA COLA DEL APARATO La agencia emiratí de noticias confirmó que tres personas siguen ingresadas en el Hospital de Al Qasimi, en Sharjá, dos de ellas en estado grave y una fuera de peligro. Estos tres pasajeros estaban en la cola del avión, la parte menos afectada en el accidente.

Kish es una pequeña isla donde las estrictas normas morales iranís son más flexibles y a la que viajan muchos extranjeros que necesitan dejar el país para tramitar el cambio de visado y volver a entrar en los Emiratos con uno nuevo. Según la lista de pasajeros, en el aparato viajaban ciudadanos de Filipinas, Irán, Egipto, Nepal, India y Nigeria.

Fuentes de las aerolíneas Kish informaron de que el avión siniestrado era un Fokker-50 de fabricación alemana, que tiene una capacidad para 50 pasajeros y la tripulación.

LAS SANCIONES DE EEUU Las autoridades de Teherán se han quejado en diversas ocasiones del precario mantenimiento de los aparatos por las sanciones impuestas por EEUU contra la industria aeronáutica. El Gobierno iraní asegura que estas sanciones impiden al país reparar los aviones por carecer de las piezas necesarias y reemplazar los viejos, entre los que se encuentran varios Tupolev de fabricación rusa.

El último accidente que se había registrado en la región se remonta a agosto del 2001, cuando un Airbus A-320 de las líneas emiratís Gulfair se estrelló en aguas de Bahrain pocos minutos antes de tomar tierra. En el accidente murieron las 143 personas que viajaban a bordo.