Al menos seis palestinos, dos policías y cuatro activistas, murieron ayer en el puesto fronterizo de Erez, al norte de la Franja de Gaza, cuando los radicales se disponían a perpetrar atentados con coches bomba que explotaron a destiempo y causaron también 20 heridos. En su página web, Hamas se atribuyó la "operación de sacrificio conjunto" en colaboración con la Yihad Islámica y las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa, que decidieron actuar durante la fiesta judía del Purim , por la que los territorios palestinos están cerrados.

CONFUSION La confusión sobre cómo se desarrollaron los hechos imperó durante toda la jornada. Según fuentes palestinas, muchas de las víctimas fueron alcanzadas por soldados israelís, que abrieron fuego tras la primera deflagración. Pero el Ejército israelí aseguró que las víctimas y los heridos se vieron afectados por las explosiones.

Según fuentes militares, la primera detonación se produjo cuando el primero de los tres todoterrenos que llegaron a la zona de Erez saltó por los aires. Los miembros de las fuerzas de seguridad palestina no permitieron pasar a Israel a este vehículo, cuyo ocupante decidió detonar el artefacto, provocando su muerte y la de dos policías palestinos.

Un segundo vehículo consiguió pasar el control palestino, pero no logró llegar al lado israelí de Erez, por lo que su conductor se autoinmoló. Un tercer todoterreno se estrelló contra la puerta que controla el Ejército israelí y dos activistas, armados con un fusil AK-47, abrieron fuego al verse atrapados. Fueron abatidos. Al menos uno de ellos iba vestido con un uniforme israelí.

Para EEUU, este tipo de acción no hace sino avivar el temor a lo que provocará una retirada unilateral israelí de la Franja de Gaza. Con la marcha israelí se teme que impere la anarquía y el caos en una zona donde se hay luchas entre los palestinos por el control del poder.