No hubo sorpresas. Como se esperaba desde hacía semanas, la líder parlamentaria socialdemócrata, Andrea Nahles, fue confirmada ayer como nueva presidenta del SPD, convirtiéndose así en la primera mujer que toma las riendas del partido socialdemócrata más antiguo de Europa. «Hoy rompemos nuestro techo de cristal», celebró.

Reunidos en un nuevo congreso extraordinario federal en la ciudad de Wiesbaden, al sudoeste de Alemania, 414 de los 624 votos emitidos sirvieron para apoyar a Nahles (66,53%), un resultado que a pesar de confirmar el continuismo supone un golpe de atención a la directiva de unas bases muy decepcionadas por sus acuerdos con los conservadores de Angela Merkel. Secretaria general del partido entre el 2009 y el 2013, y diputada en Parlamento federal durante 18 años, Nahles es un peso pesado del SPD y miembro del aparato desde hace años. La directiva esperaba que Nahles consiguiera hasta el 75% de los votos.

La candidatura perdedora también era femenina, aunque más ambiciosamente reformista. La alcaldesa de Flensburg, Simone Lange, obtuvo 172 apoyos (el 27,6%). Crítica con el rumbo de la cúpula socialdemócrata, Lange pedía derogar parte de la Agenda 2010, el paquete de reformas neoliberales impulsadas por el excanciller Gerhard Schröder que recortaron las ayudas sociales e iniciaron el declive del SPD. En febrero del año pasado Martin Schulz también prometió «corregirlas» pero esa promesa queda ya muy lejos.

Sin embargo, la formación se encuentra en uno de sus puntos más críticos en sus 155 años de vida. Desde el mandato de Schröder entre 1998 y 2005, la última época dorada de la socialdemocracia alemana, el SPD ha visto fracasar a sus siete presidentes. El último, Schulz, dimitió tras romper su propia promesa de pasar a la oposición tras la debacle electoral sufrida el pasado 24 de septiembre que llevó al partido a un mínimo histórico del 20,5% y a la pérdida de hasta 1.707 millones de votos.

La posterior negociación y aprobación de un nuevo pacto de gobierno junto con los conservadores de la cancillera Angela Merkel ha hundido cada vez más la intención de voto del SPD, que en algunas encuestas ya cae al 15%, siendo incluso superado por la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD).

Ahora, Nahles deberá trabajar para recuperar la credibilidad del partido y la confianza de sus votantes, especialmente en el este del país, donde conservadores, ultraderecha e izquierda ya los han superado. Para ello, la mejora laboral y de los salarios está en el centro de su agenda. Aunque la reforma de la Unión Europea también era una piedra angular del pacto de gobierno, la falta de acuerdos concretos y el adiós de Schulz ha debilitado la voz del SPD.

PESO PESADO / Aún así, Nahles no supone aire fresco para el partido. Ministra de Empleo y Asuntos Sociales durante el tercer gabinete merkeliano, la líder del grupo parlamentario socialdemócrata es un peso pesado del SPD, representante del ala pragmática que vendió con entusiasmo el pacto con los conservadores, lo que para parte de las bases fue una traición a los principios del partido.

En el congreso de Bonn del pasado 21 de enero, el ímpetu de Nahles fue clave convencer a los suyos de una nueva alianza con Merkel.