Arabia Saudí construirá tres estadios con zonas específicas para que acudan mujeres acompañadas de sus maridos, algo que hasta ahora estaba prohibido, según anunció el director de la autoridad del Deporte, Turki al Sheij. Los estadios se construirán en las ciudades de Riad, Yeda y Dammam, estarán terminados en el 2018 y contarán con centros de entrenamiento, zonas de ocio, restaurantes y cafeterías.

En Arabia Saudí rige una estricta separación de sexos en los lugares públicos, por lo que las mujeres no pueden compartir con los hombres el mismo espacio en restaurantes u otros locales de ocio y hasta ahora tenían vedados los estadios deportivos. El 23 de septiembre, las mujeres pudieron asistir por primera vez a las celebraciones del Día Nacional de Arabia Saudí, que tuvieron lugar en el estadio internacional del rey Fahd, en Riad, en una zona acotada para las familias.

El mes pasado, un decreto real autorizó por primera vez a las mujeres saudís a conducir, un derecho que podrán ejercer a partir del 2018. Estas medidas se enmarcan en las reformas que lleva a cabo el rey Salman desde su llegada al trono en el 2015, que han supuesto pequeñas mejoras para las mujeres saudís, que aun así siguen sujetas a un sistema de tutoría del hombre.

Las reformas están impulsadas por el príncipe heredero Mohamed bin Salman, de 32 años. El plan, denominado Visión 2030, pretende modernizar la sociedad saudí para impulsar la economía, hasta ahora dependiente exclusivamente del petróleo, así como una tímida transformación social. Otra señal que apunta en esta dirección es el hecho de que vuelven a celebrarse conciertos y se espera pronto la reapertura de los cines.

El pasado miércoles, el príncipe Mohamed dijo que el retorno a un «islam moderado» constituía la clave de su plan para modernizar el país. El heredero señaló que el 70% de la población saudí tiene menos de 30 años y desea «una vida en la que la religión se traduce en tolerancia».

Más allá de las intenciones de la monarquía los analistas consideran que el plan tiene riesgos. La autorización, por primera vez, a que las mujeres participaran en las celebraciones del Día Nacional en el estadio rey Fahd el mes pasado desató una ola de protestas en las redes sociales por parte de los sectores conservadores.

Pese a estos cambios, las mujeres aún sufren muchas restricciones en un país en el que rige una forma muy estricta del islam suní conocida como wahabismo. Tienen que adherirse a un código de vestimenta muy estricto y no pueden estar acompañadas de hombres que no sean familiares. Si quieren viajar, trabajar o tener acceso al sistema sanitario, deben ir acompañadas de un guardián masculino o recibir permiso escrito de él.