El náufrago salvadoreño José Salvador Alvarenga ha afirmado este martes que está "bien" en su primer mensaje tras volver a su país luego de pasar más de un año a la deriva en el Pacífico, y pidió a la prensa tranquilidad para él y su familia.

"Me encuentro bien, quisiera que me dejaran tranquilo. No quiero presión de los medios, no quiero hablar con ellos. Quiero estar tranquilo, que mi familia esté tranquila", expresó Alvarenga en un vídeo distribuido por el Ministerio salvadoreño de Salud.

Estas son las primeras palabras de Alvarenga que se conocen públicamente después de regresar a El Salvador; el martes, en el aeropuerto, apenas alcanzó a balbucir: "No hallo qué decir".

Alvarenga grabó el mensaje en la cama del hospital San Rafael, de Santa Tecla, cerca de San Salvador, donde se recupera desde el martes, cuando volvió al país procedente de islas Marshall, en el Pacífico sur, donde fue rescatado a finales de enero pasado.

"No más preguntas ni fotos"

"Yo lo que quiero es estar tranquilo con mi familia, pasar el tiempo con mi familia; no más preguntas ni más fotos", pidió, y señaló que afronta "mucha presión" por su odisea.

"Que me den tiempo para poder yo hablar después que me recupere, porque ahorita no estoy para estar dando explicaciones; les pido que me dejen tranquilo, que me recupere, que no molesten a mi familia", insistió.

Alvarenga se reencontró el mismo martes en el hospital con su padre; su madre, María Julia Alvarenga, y con su hija, Fátima.

Por su parte, los médicos que han atendido a Alvarenga han explicado que el pescador goza de una condición física "envidiable", a pesar de que se hidrató con sangre de tortugas y sus propios orines.

Alvarenga ha pasado por diferentes exámenes médicos en el estatal hospital San Rafael, de Santa Tecla, cerca de San Salvador, donde fue ingresado tras su llegada al país tras haber sido rescatado el 30 de enero pasado en las Islas Marshall.

Capacidad de supervivencia

Destacó "la capacidad y la perspicacia" del pescador salvadoreño de alimentarse de carnes crudas, protegerse del sol con una especie de hielera (nevera) de su pequeña embarcación e hidratarse con sangre de tortuga, agua lluvia y sus propios orines fueron fundamentales para su supervivencia.

Sin embargo, la ministra reconoció que "es casi una incógnita" el caso de Alvarenga, que de momento solo presenta algunos problemas psicológicos, ya que "llora con facilidad" y no puede hablar ante muchas personas.

Según el relato del pescador salvadoreño, se pasó más de un año solo en el Pacífico en una embarcación de siete metros y sobrevivió a base de peces, aves y tortugas, después de que el viaje de pesca con su compañero mexicano se torció por culpa de una tormenta que los alejó de la costa y los dejó a la deriva en el Pacífico.

El pasado 30 de enero el pequeño barco del pescador reapareció en un arrecife cerca de Ebon, un remoto atolón de las islas Marshall, donde los lugareños encontraron a Alvarenga y tuvieron problemas para comunicarse con él porque solo hablaba español.

Las autoridades de las islas Marshall enviaron un barco a Ebon para trasladarlo a Majuro, donde comenzó el también largo camino de regreso a El Salvador.