El Gobierno de Nigeria anunció hoy que investigará si el Ejército ignoró varios avisos sobre la entrada del grupo radical islámico Boko Haram en la localidad de Chibok cuatro horas antes de que se produjera el secuestro de más de 200 niñas en su escuela, tal y como aseguró un informe de Amnistía Internacional.

"Es inconcebible que los militares recibieran una información sobre un ataque inminente y no hicieran nada al respecto. Lo investigaremos", dijo hoy el ministro nigeriano de Información, Labaran Maku, en una entrevista televisada.

Un informe publicado ayer, viernes, por Amnistía internacional (AI) aseguró que los cuarteles del Ejército nigeriano en Damboa, ciudad a unos 35 kilómetros de Chibok, y en Maiduguri, a 130 kilómetros, recibieron avisos entre las siete de la tarde y las dos de la madrugada (hora local) del 14 al 15 de abril sobre la amenaza del grupo islamista.

Sin embargo, la imposibilidad de reunir tropas debido a los escasos recursos y el temor a enfrentarse a grupos armados, a menudo mejor equipados que ellos, desalentó al Ejército, que decidió no desplegar refuerzos en Chibok esa noche, aseguró AI.

El Ejército lo niega

Por su parte el Ejército nigeriano negó estas acusaciones y calificó el informe de AI de "muy lamentable" y "falso". "Por mucho que los militares nigerianos apreciamos el interés internacional y la muestra de solidaridad con el país en estos momentos, las mentiras no se pueden utilizar como un medio para evaluar la situación", dijo el portavoz militar, Chris Olukolade.

Según explicó Olukolade, las patrullas locales dieron el aviso sobre un ataque que se estaba llevando a cabo en Chibok y pidieron refuerzos, pero el Ejército "no recibió cuatro horas antes advertencias sobre estos ataques".

Búsqueda internacional

Expertos de Estados Unidos y Reino Unido ya se encuentran en Nigeria para ayudar a buscar a las más de 200 niñas secuestradas desde el 14 de abril por el grupo islamista, cuyo líder, Abubakar Shekau, amenazó públicamente con vender a las menores.

Boko Haram, que significa en lenguas locales "la educación no islámica es pecado", lucha por imponer la "sharía" o ley islámica en Nigeria, país de mayoría musulmana en el norte y predominantemente cristiana en el sur.

Desde que la Policía acabó en 2009 con el líder de Boko Haram, Mohamed Yusuf, los radicales mantienen una sangrienta campaña que ha causado más de 3.000 muertos.

Con unos 170 millones de habitantes integrados en más de 200 grupos tribales, Nigeria, el país más poblado de África, sufre múltiples tensiones por sus profundas diferencias políticas, religiosas y territoriales.