Italia ha vuelto a quedar horrorizada por el descubrimiento este martes del asesinato de tres personas, entre ellas un niño de cuatro años, acribillados a balazos mientras viajaban en coche en una carretera de Taranto, en la región de la Apulia, en el sur del país, en lo que parece un nuevo ajuste de cuentas del crimen organizado.

La muerte del pequeño ha recordado a los italianos el reciente caso de Nicola, un niño de tres años asesinado el pasado 20 de enero junto a su abuelo en una venganza de la mafia en Calabria.

La policia recibió varias llamadas de conductores alertando de la presencia de un coche que había sufrido un accidente. Cuando llegaron al lugar, los agentes descubrieron en el interior del vehículo los cadáveres de Cosimo Orlando, de 43 años, condenado por ser cómplice de dos asesinatos y que estaba en régimen de semilibertad, de su actual compañera Carla Maria Fornari, de 30 años, y del niño. En el asiento posterior había otros dos niños de seis y siete años que resultaron ilesos.

Viuda de una víctima de la mafia

Según la primera reconstrucción de los investigadores, Fornari, cuyo marido, Domenico Petruzzelli ya murió en otro ajuste de cuentas en el 2011, conducía al coche, mientras que en el asiento del copiloto viajaba su nuevo compañero con el niño. Los tres pequeños eran fruto de la anterior relación de la mujer con Petruzzelli.

El triple homicidio se ha producido en la carretera estatal 106 que une Taranto con Reggio Calabria y la policía realiza batidas por la zona y ha instalado varios puestos de control.