El Parlamento Federal o Bundestag aprobó ayer, en última instancia, una nueva ley de inmigración, que es uno de los pilares del paquete de reformas propuesto por el canciller, Gerhard Schröder, para modernizar la economía. La ley se despachó, casi por unanimidad, tras el acuerdo al que llegó el Gobierno con la oposición conservadora, que mantenía bloqueado el proyecto. La iniciativa facilita la entrada de extranjeros altamente cualificados, según las necesidades del país.