Nueva Zelanda se ha convertido este martes en el segundo país del mundo, después de la India, en aprobar una 'baja por duelo' para familias que pierdan a sus hijos antes del parto o sufran abortos espontáneos durante la gestación. La medida, que fue aprobada unánimemente en el Parlamento, fue propuesta para ayudar a las familias a superar la pérdida.

La diputada Ginny Andersen presentó el proyecto de ley tras asegurar que una de cada cuatro mujeres en Nueva Zelanda ha sufrido un aborto espontáneo y que esperaba que la nueva ley les proporcione de ahora en adelante tiempo para aceptar su pérdida sin tener que recurrir a una licencia por enfermedad.

El dolor que se sufre tras un aborto espontáneo no es una enfermedad; es una pérdida, ha defendido la diputada de los Verdes. Esa pérdida lleva tiempo: tiempo para recuperarse físicamente, tiempo para recuperarse mentalmente, y tiempo para recuperarse con un compañero. La legislación se aplicará a las madres, sus parejas y a los padres que opten por tener un hijo mediante adopción o subrogación.

“Es una experiencia increíblemente normal, pero normal no significa fácil. No significa sin dolor. Durante mucho tiempo, a través del silencio y el estigma, hemos obligado a las mujeres, principalmente a las mujeres, a fingir que no ha sucedido", ha dicho la diputada durante su discurso.

El proyecto de ley no aplicará a las mujeres que interrumpan un embarazo mediante un aborto voluntario. La diputada nacionalista Erica Stanford dijo que si bien apoyaba el proyecto de ley, “el dolor, la angustia y el trauma experimentado durante un aborto y el hecho de que no esté incluido en este proyecto de ley me hacen sentir incómoda, personalmente incómoda”.