Un nuevo caso de desvío de fondos podría avivar la tormenta en la que está atrapado quien hasta hace poco era el favorito para ocupar el Eliseo el próximo mayo. François Fillon no solo contrató a su mujer y a sus hijos con recursos del Parlamento, sino que se embolsó, gracias a un opaco sistema de comisiones, parte del dinero teóricamente reservado a la remuneración de los asistentes del Senado, según revelan este domingo el diario digital Mediapart y Le Journal de Dimanche (LJD).

Los hechos se producen entre 2005 y 2007. En esa época Fillon era senador de Sarthe y recibió siete cheques por valor de 21.000 euros, correspondientes al remanente de unos créditos inicialmente destinados a los asistentes parlamentarios.

Los jueces sospechan que la asociación Unión Republicana del Senado (URS), vinculada a la UMP, hoy el partido ‘Los Republicanos’, gestionó un fondo con el que se pagaba discretamente a algunos parlamentarios.

REPARTO ENTRE SENADORES

El mecanismo era sencillo. Cada señoría tenía derecho a 7.000 euros para pagar a sus colaboradores, pero el dinero que no se gastaba iba a parar al fondo de la asociación y luego se repartía entre los senadores. Entre ellos el propio Fillon, que habría recibido un cheque trimestral con el remanente no gastado en pagar a los asistentes.

Aunque no se trata de grandes cantidades, la justicia abrió una investigación en el 2012 y, de momento, hay cinco imputados por desvío de fondos, tres de ellos senadores.

Dado que las pesquisas se centran en hechos posteriores al 2009, fecha en la que Fillon ya no era senador, el actual candidato de la derecha no está en el radar de los jueces.

Sin embargo, el asunto se suma al escándalo de los supuestos empleos ficticios de su esposa, Penélope Fillon, desvelado esta semana por Le Canard Enchaîné que está en manos la Fiscalía. Para alguien que ha hecho bandera de la honestidad, la integridad y la transparencia, el daño político es irreparable.

En el partido conservador han saltado todas las alarmas ante un escenario imprevisto que arroja dudas sobre la propia candidatura de Fillon, pero el líder de Los Republicanos dice en una amplia entrevista en Le Journal de Dimanche que no se dejará “derribar”.

Cree que las acusaciones sobre el supuesto trabajo ficticio de su esposa han sido orquestadas por “fuerzas” que pretenden hacerle callar y debilitar su candidatura. En un tono misterioso que lanza un dardo a su propia familia política, se pregunta también “a qué clan ha molestado”.

A pesar de estar bajo el foco de la justicia, no se arrepiente de haber pronunciado esa frase envenenada (¿Quien se imagina por un momento al general de Gaulle imputado?) cuando competía con el expresidente Nicolas Sarkozy por la candidatura presidencial.

Investigado en numerosas causas judiciales relacionadas con la supuesta financiación irregular de sus campañas electorales, Nicolas Sarkozy llamó este viernes por teléfono a Fillon. Parece que para darle algún consejo. “Una llamada muy simpática. Y útil”, ha señalado Fillon.

RELANZAR LA CAMPAÑA

El candidato, que ha reiterado que renunciaría a presentarse a la elección presidencial si fuera imputado, intentará este domingo relanzar su campaña con un gran mitin en París, arropado por los pesos pesados del partido y acompañado por su esposa Penélope.

En la entrevista adelanta que esta tarde mostrará que su programa político permitirá “mejorar las condiciones de vida de los franceses, sobre todo de los más pobres”.

Un mensaje muy alejado de la sangre, sudor y lágrimas que prometía hace unos meses. Señal de que el pánico se apodera de ‘Los Republicanos’. “Estas elecciones eran imposibles de perder y hemos logrado la hazaña de que la derrota sea posible”, resumía un diputado en LJD.