El cristianodemócrata (CDU), Horst Köhler, fue investido ayer nuevo presidente de la República Federal de Alemania y aprovechó su primer discurso para llamar a todas las fuerzas políticas y sociales a "profundizar las reformas que permitan modernizar el país" y devolver la confianza al sello Made in Germany . Su investidura coincidió con una avalancha de iniciativas legislativas y la aprobación, ayer en el Bundestag, de una reforma judicial pendiente desde hace tiempo.

Köhler, de 61 años, sucedió al socialdemócrata Johannes Rau con un discurso en el que alternó los mensajes a favor de la cohesión política dentro del país con llamadas a abrir un "nuevo diálogo" con EEUU y a reforzar la identidad de Europa. Elegido para un cargo esencialmente honorífico, dio un nuevo tono a su discurso de investidura, mucho más político que el de sus predecesores.

EL CORSE DE LOS PARTIDOS El nuevo jefe de Estado, exdirector gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) y experto en finanzas, se ha propuesto conseguir que Alemania vuelva a ser el gigante económico del pasado, y para ello exigió a la clase política que asuma su responsabilidad y ponga fin a las rencillas de poder que paralizan al país. Köhler se mostró convencido de que, si los dirigentes se desprenden del corsé que los partidos políticos imponen a sus dirigentes, Alemania podrá "volver a ser un país próspero".

Según Köhler, Alemania sufre una profunda división, pero no entre el este y el oeste. La división se da "entre los que tienen trabajo y los que están desempleados, los que no tienen hijos y ganan mucho y los que poseen una familia muy numerosa con bajos ingresos", precisó.

LA AGENDA 2010 Köhler consideró que Alemania tiene capacidad de sobra para resurgir, "para confiar en sí misma y para atreverse al cambio". "La Agenda 2010 apunta en la dirección correcta", subrayó Köhler, en medio de los aplausos de los socialdemócratas que impulsan ese controvertido programa de reformas del Estado del bienestar puesto en marcha por el canciller Gerhard Schröder. Según Köhler, ahora es necesario actuar con rapidez, ya que Alemania se quedó empantanada en el camino porque "no supo adaptar a tiempo su estado de bienestar social a la realidad de una sociedad que envejece y a un mundo laboral cambiante".

En el terreno internacional, el jefe del Estado destacó la vocación europea de Alemania, "que se juega su destino en Europa", y abogó por fortalecer las relaciones con Estados Unidos. EEUU "puede haber cometido errores", pero no se debe olvidar "que ayudó a los alemanes a vivir en libertad", dijo el presidente.

Con la investidura de Köhler, todos los cargos más importantes del Estado alemán quedan en manos de una generación que creció después de la guerra. Por eso mismo, llamó la atención que su discurso dejara de lado una hasta ahora obligatoria referencia a Israel y a la responsabilidad histórica de Alemania.