En Estados Unidos, los expresidente no suelen criticar nunca en público al mandatario que ocupa la Casa Blanca, al menos explícitamente. En sendas intervenciones públicas, ocurridas ayer, tanto el demócrata Barack Obama, como su predecesor, el republicano George W. Bush, respetaron la regla no escrita, aunque en sus discursos y siempre sin mencionar el nombre de Donald Trump cargaron contra las políticas del magnate.

Obama lo hizo en dos mítines de candidatos demócratas a gobernadores en las elecciones del próximo 7 de noviembre con el objetivo de revertir la tendencia electoral negativa por la que atraviesa su partido. Es la primera vez que Obama participa en una campaña electoral desde que hace nueve meses abandonó la Casa Blanca. "Algunas de las políticas que vemos ahora, pensábamos que las habíamos dejado atrás. Quiero decir, esta gente parece de hace 50 años. Estamos en el siglo XXI, no en el siglo XIX", dijo el exmandatario en Nueva Jersey, en un mitin para apoyar al candidato demócrata, Phil Murphy.

En otro acto electoral, esta vez en Richmond, capital de Virginia, Obama tampoco citó directamente a Trump pero criticó a los candidatos que "dividen" a la gente para ganar las elecciones: "Si tienes que ganar una campaña dividiendo a la gente, después no serás capaz de gobernarlos. No vas a ser capaz de unirlos", advirtió."Tenemos a personas que deliberadamente intentan enojar a la gente, demonizar a las personas que tienen ideas diferentes", añadió.

Supremacía blanca

Bush, por su lado, se refirió a la política migratoria. "Hemos visto como el nacionalismose ha convertido en nativismo, y hemos olvidado el dinamismo que la inmigración siempre ha traído a Estados Unidos", afirmó en una conferencia. "Perdemos la confianza en la economía de mercado y el comercio internacional, olvidando que los conflictos, la inestabilidad y la pobreza son las consecuencia del proteccionismo", en una clara crítica a la política aislacionista. "La intolerencia y la supremacia blanca, en cualquiera de sus formas, son una forma de blasfemia contra los principios americanos", concluyó.