Igual que ha hecho con los temas de política nacional, Barack Obama ha aprovechado su discurso del estado de la Unión, esta madrugada, para reforzar las líneas filosóficas y la agenda que rigen su política exterior y ha prestado especial atención a las negociaciones diplomáticas con Irán para frenar el programa de armas nucleares de Teherán.

Ante el pleno del Congreso y la nación, Obama ha reconocido de nuevo la dificultad de esas negociaciones pero ha insistido también en que vetará cualquier propuesta legislativa de sanciones que le llegue de las Cámaras mientras Irán no rompa sus compromisos. "En interés de nuestra seguridad nacional, debemos dar a la diplomacia una oportunidad", ha subrayado el presidente de EEUU, que ha apuntado: "Si John F. Kennedy y Ronald Reagan pudieron negociar con la Unión Soviética, seguro que una América fuerte y con confianza puede negociar hoy con adversarios menos poderosos".

Tras mencionar el fin de la guerra de Irak (aunque obviando los problemas que se han disparado desde entonces) y con la vista puesta también en la retirada de Afganistán, Obama ha vuelto a mostrar su convencimiento de que "EEUU debe alejarse de estar permanentemente en pie de guerra". "No pondré a tropas ante el peligro a no ser que sea verdaderamente necesario ni permitiré que nuestros hijos e hijas se enreden en conflictos sin final. Debemos luchar las batallas que deben lucharse --ha dicho-- no las que prefieren los terroristas: grandes despliegues que drenan nuestra fuerza y pueden acabar alimentando el extremismo".

Obama ha mencionado límites "prudentes" que ha impuesto al uso de drones. Y ha asegurado: "Tenemos que seguir vigilantes, pero creo firmemente que nuestro liderazgo y seguridad no pueden depender solo de nuestras fuerzas armadas".

El cierre de Guantánamo

El presidente estadounidense también ha dicho que el 2014 debe ser el año "en que cerremos la prisión de Guantánamo", un objetivo que se marcó cuando era candidato. Esta madrugada ha pedido al Congreso que levante las restricciones que quedan a las transferencias de detenidos.

En su discurso, el presidente estadounidense solo iha hecho una referencia superficial a los programas de espionaje masivo que han salido a la luz gracias a las filtraciones de Edward Snowden. Como hizo hace unas semanas, ha prometido de nuevo trabajar con el Congreso para reformar esos programas. "El trabajo vital de nuestra comunidad de espionaje depende de la confianza pública, aquí y en el extranjero, de que no se está violando la privacidad de gente corriente", ha destacado.

Respecto a Siria, ha afirmado que EEUU apoyará "a la oposición que rechaza la agenda de las redes terroristas". Ha apostado por el proceso de paz entre israelís y palestinos. Ha mostrado su apoyo a las protestas en Ucrania ("defendemos el principio de que todo el mundo tiene derecho a expresarse libre y pacíficamente y poder decidir el futuro de su país". Y ha lanzado un dardo a las políticas homófobas de Moscú antes de hablar de los Juegos Olímpicos de invierno en Sochi renovando su creencia "en la dignidad e igualdad inherente de cada ser humano, sin que importe su raza o religión, credo u orientación sexual".