El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha descartado por ahora bombardear las posiciones de los extremistas sunís en Irak, según informa este miércoles 'The Wall Street Journal', que destaca que opta por buscar apoyo político en la región y ofrecer inteligencia al Ejército iraquí.

Obama se decanta por el momento por estrategias como "proporcionar inteligencia al Ejército iraquí, lidiar con las divisiones políticas del país y buscar el apoyo de aliados regionales", según explica el diario financiero, que cita a funcionarios estadounidenses.

"En lo que el presidente está centrado es en una estrategia integral, no solo en una respuesta militar rápida", indicó al diario un alto funcionario, que pidió el anonimato.

La decisión de Obama no es irreversible y es posible que el mandatario opte por ataques aéreos en un futuro, pero por ahora prefiere evitarlos en parte porque el Pentágono "carece de la información suficiente para poder golpear objetivos que pudieran cambiar la situación en el campo de batalla", apunta el diario.

Consultas ante la amenaza

Obama lleva varios días de consultas con su equipo de Seguridad Nacional para decidir sobre el papel que tendrá Estados Unidos ante el avance del grupo yihadista del Estado Islámico de Irak y el Levante (ISIL), que amenaza con llegar a Bagdad.

En lugar de los bombardeos, la Casa Blanca y el Pentágono se inclinan por el despliegue de fuerzas de operaciones especiales de EEUU sobre el terreno para proporcionar inteligencia y asesoramiento al Ejército iraquí, según el diario.

Impacto en Siria

El debate en la Casa Blanca tiene también en cuenta el impacto que la inestabilidad en Irak tiene en la guerra civil en la vecina Siria, y los funcionarios citados por el diario no descartaron la posibilidad de una acción militar estadounidense en la frontera que comparten esos países o incluso desde territorio sirio.

En Irak, mientras tanto, los insurgentes sunís han lanzado esta madrugada un ataque con proyectiles contra la refinería de petróleo de Biyi, la más importante del país, situada en la provincia de Saladino, donde prosiguen los combates con las fuerzas de seguridad apostadas en el lugar.

Una fuente policial ha explicado que las fuerzas gubernamentales han logrado repeler el primer ataque, pero que si no llegan refuerzos es probable que los insurgentes se hagan con el control de ese importante motor de la economía iraquí.

Extranjeros evacuados

La refinería, situada a unos diez kilómetros de la ciudad de Biyi, estaba amenazada por los rebeldes desde hace días, por lo que los extranjeros que trabajaban en ella habían sido evacuados.

Los atacantes, encabezados por el extremista ISIL, han asaltado el complejo desde distintos puntos y lanzaron proyectiles. Uno de ellos ha caído en uno de los depósitos de combustible, lo que ha provocado un gran incendio y que se elevaran densas columnas de humo. Según la fuente policial, se ha producido un número indeterminado de bajas en las filas de los insurgentes, aunque no ha precisado cifras ni víctimas en el bando contrario.

Ofensiva hacia la capital

El pasado 10 de junio, los combatientes suníes se hicieron con el control de Mosul, la segunda ciudad del país y capital de la provincia norteña de Nínive, y comenzaron a extender su ofensiva hacia las provincias de Saladino, Kirkuk y Diyala, en su camino hacia la capital.

También irrumpieron en la zona de Biyi, de donde fueron expulsados un día después por las fuerzas de elite iraquís en cooperación con clanes tribales, aunque los enfrentamientos prosiguieron en la zona.

De hecho, el pasado 13 de junio al menos 30 personas murieron, en su mayoría soldados retenidos por los insurgentes en una mezquita de Biyi, por los bombardeos de la aviación iraquí.