Con extrema cautela, el presidente de EEUU, Barack Obama, se refirió ayer al avión derribado en la frontera de Ucrania y Rusia. «Parece que puede tratarse de una tragedia terrible», dijo el mandatario antes de empezar un discurso sobre infraestructuras. Obama, que mostró su disposición a ofrecer «cualquier asistencia que se pueda para determinar qué pasó y por qué», hizo estas declaraciones tras hablar con el presidente ruso, Vladimir Putin, y cuando los servicios de inteligencia estadounidenses ya tenían la certeza de que el avión recibió el impacto de un misil, aunque no podían determinar su origen.

El presidente declaró que se estaba trabajando «para determinar si había estadounidenses a bordo» y calificó el esclarecimiento de ese dato como la «prioridad». «Nuestros pensamientos y oraciones están con todas las familias de los pasajeros, sea donde sea que tienen su hogar», dijo el líder estadounidense.

El vuelo MH17 había aparecido horas antes en una conversación telefónica que Obama mantuvo con su homólogo ruso, Vladimir Putin. Esa llamada, según informó la Casa Blanca, había sido solicitada por Moscú para discutir la última ronda de sanciones impuestas por Estados Unidos. Fue Putin quien mencionó a Obama las primeras informaciones sobre un avión caído.

Tampoco fueron más vehementes los principales líderes europeos, con la única excepción de la alta representante de la política exterior de la UE, Catherine Ashton, que reclamó una «investigación internacional» para «esclarecer plenamente la tragedia». Unas pesquisas que, según opinó, deben llevarse a cabo «sin demora».

El resto fueron muy comedidos. Así, el presidente francés, François Hollande, pidió en un comunicado en nombre de Francia que «se haga lo posible para aclarar las circunstancias que han provocado la tragedia del avión de Malaysia Airlines». Antes, el ministro de Exteriores francés, Laurent Fabius, dijo que en el avión iban «como mínimo» cuatro franceses e instó a las compañías aéreas franceses a que no sobrevuelen el espacio aéreo de Ucrania.

REACCION EN TWITTER / Por su parte, el primer ministro británico, David Cameron, se limitó a difundir un tuit sobre la tragedia en el que dijo estar «conmocionado y triste» por el accidente. No obstante, altos cargos del Gobierno británico se reunieron ayer por la tarde para tratar de conoce lo ocurrido en esa tragedia.