La democristiana Ursula von der Leyen está decidida a convertirse en la primera presidenta de la Comisión Europea. Hasta el punto de que, pase lo que pase en la votación de hoy en el Parlamento Europeo -prevista a las 18.00 horas- ya ha anunciado que dimitirá de su cargo como ministra de Defensa de Alemania para «servir a Europa con todas sus fuerzas». Una decisión que ayer complementó con páginas y páginas de promesas a socialdemócratas y liberales para intentar contener la sangría de votos y sumar la mayoría absoluta que necesita para ser aprobada: 374 votos.

Se trata de la mitad más uno de un hemiciclo formado por 747 eurodiputados (cuatro menos de lo previsto porque ni Puigdemont ni Junqueras ni Comín ni un danés han recogido su acta). Un número asequible que a estas horas, sin embargo, sigue sin tener garantizado ya que solo su familia, el PPE (182 escaños), le ha confirmado su apoyo. A la espera de su intervención final hoy ante el pleno, Von der Leyen remitió dos cartas, a socialdemócratas (154 escaños) y liberales (108 escaños), para intentar satisfacer sus exigencias. La alemana promete una Comisión Europea más ambiciosa contra el cambio climático y la reducción de las emisiones de CO2 al menos un 50% para el 2030 (respecto a 1990). Ofrece un reaseguro europeo de desempleo para los países afectados por choques externos, un instrumento legal para que los trabajadores en la UE dispongan de un salario mínimo que les permita vivir decentemente.

También promete aplicar con mayor flexibilidad las normas del pacto de estabilidad y crecimiento, un nuevo pacto en materia migratoria, una conferencia sobre el futuro de Europa y «mejorar» el sistema de los spitzenkandidaten -cabezas de lista de los grupos a presidir la Comisión- aunque sin comprometerse a proponer la creación de listas transnacionales en las elecciones europeas. También ofrece un mecanismo europeo sobre el estado de derecho, con informes anuales para evaluar la situación en los estados miembros, un colegio de comisarios paritario y dos vicepresidencias ejecutivas -Frans Timmermans y Margrethe Vestager- con el mismo peso que el vicepresidente y alto representante de la Unión Europea para la política exterior.

SÁNCHEZ Y COSTA, A FAVOR

Tanto el presidente español como su homólogo portugués han dado por buenas todas estas promesas. «Seguiremos exigiendo más esfuerzos por la Europa social, pero debemos respaldar su candidatura. Europa debe avanzar. Debemos evitar el bloqueo», alertó Pedro Sánchez. «Son compromisos positivos que justifican nuestro apoyo», añadió Antonio Costa. Pero el grupo socialista, lo mismo que los liberales, aplazó a hoy su decisión. «La carta para un número importante de compañeros recoge muchas de las demandas que nuestra familia política ha planteado. Otros entienden que no están al cien por cien», explicó la presidenta del grupo, Iratxe García.

La delegación alemana del grupo, lo mismo que la austriaca, mantiene su no a Von der Leyen, cuyo nombre fue pactado por sorpresa por los 28 durante una maratoniana cumbre hace dos semanas. Además, también descartan apoyar a la alemana los Verdes/Alianza Libre Europea (74 escaños) y la Izquierda Unitaria Europea (41 escaños). En función del número de disidencias, Von der Leyen podría compensar esa pérdida con los Conservadores y Reformistas Europeos (62 escaños), que aglutinan a los ultraconservadores polacos, a Vox y los nacionalistas flamencos.