El comandante Gonzalo Pérez García, herido de gravedad ayer en Irak, cayó en una trampa. Los bandidos a los que perseguía (tres o cuatro) detuvieron su vehículo ante la escuela de enseñanza primaria Haquifa, a unos 12 kilómetros al sur de la problemática localidad de Hamza. Bajaron del coche, se apostaron en ambos lados de la carretera y abrieron fuego contra sus perseguidores en cuanto llegaron al lugar a bordo de un Nissan de la policía iraquí. Así lo contaron ayer a este diario varios testigos coincidentes. Pérez García, de 42 años, casado y con tres hijas, recibió un tiro en la cabeza y un policía iraquí que le acompañaba fue herido en las piernas.

El comandante, que está en coma irreversible, llegó ayer por la tarde a Torrejón de Ardoz procedente de Kuwait, en un Boeing 707 de la Fuerza Aérea española. Fue recibido por su madre, su mujer y varios familiares, a quienes acompañaban el ministro de Defensa, Federico Trillo, y el de Interior, Angel Acebes. Un helicóptero UVI trasladó al herido desde Torrejón hasta Madrid, donde quedó ingresado en el hospital militar Gómez Ulla. La familia tomó la decisión de repatriarle tras hablar con los médicos que le atendieron en el hospital estadounidense Dogwood, en Bagdad.

Según el sargento Maher Muhyi Farhan, de 45 años, el comandante español participaba con otros agentes en el registro a la casa de unos presuntos delincuentes. Cuando llevaban unos 20 minutos allí, "acordó con el comandante Karim", de la policía de Diwaniya, quedarse en la casa con un policía iraquí, un chófer y un traductor con el fin de detener a los ladrones.

PERSECUCION EN COCHE Al cabo de "unos 25 minutos", según Maher, un vehículo se aproximó. Desde dentro de la casa, una mujer hizo una señal al conductor para que apretara el acelerador y se alejara. Después de abrir fuego contra el coche, Pérez García, el comandante Karim y un policía iraquí, acompañados del chófer y el traductor, persiguieron al vehículo carretera abajo en un coche menos potente.

Habían recorrido una docena de kilómetros cuando encontraron el Opel parado junto a la escuela. Otro testigo, Husein Adnán, de 20 años, asegura haberlo visto todo desde su granja, situada a unos 100 metros del lugar de los hechos. Los delincuentes salieron del vehículo con las cabezas cubiertas con kefiyas (pañuelo a cuadros) y empuñando kalashnikovs . "Esperaron al vehículo de la policía y, cuando se detuvo, comenzaron a disparar. El español, que había bajado del coche, recibió un tiro en la cabeza". El tiroteo duró unos 10 minutos. Cuando acabó, "uno de los policías metió a los heridos en el coche y optó por retirarse".

Acebes explicó ayer, al ser preguntado por la identidad de los atacantes, que eran miembros de una organización que "atentaba y cometía acciones delictivas".