Los ataques de soldados israelís contra las manifestaciones que se llevan a cabo desde hace casi un año en la frontera entre Gaza e Israel, podrían ser "crímenes de guerra o contra la humanidad", según ha concluido la comisión independiente de la ONU que investiga esos hechos en el informe que ha presentado este jueves en Ginebra.

La comisión "tiene bases razonables para creer que durante la Gran Marcha del Retorno los soldados israelís cometieron violaciones de los derechos humanos y la ley humanitaria, en algunos casos que constituyen crímenes de guerra o contra la humanidad, y deben ser inmediatamente investigadas por Israel", ha afirmado el presidente de la comisión, el argentino Santiago Cantón.

Los resultados de la investigación se han presentado en la 40ª sesión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, que ha comenzado con la proyección de vídeos de las protestas en Gaza y una descripción de los incidentes relacionados con muertes y lesiones de palestinos.

Cantón ha señalado que su comisión había llegado a la conclusión de que la gran mayoría de los manifestantes palestinos estaban desarmados cuando les dispararon y ha lamentado que el gobierno israelí no hubiera cooperado en la investigación.

MANIFESTANTES DESARMADOS

De acuerdo con el informe de la comisión -creada en mayo del 2018-, en el transcurso de meses de protestas, los tiradores israelís han disparado contra miles de manifestantes desarmados que se encontraban al otro lado de la valla que separa Israel de la franja de Gaza, causando al menos 189 muertos y cerca de 10.000 heridos.

Casi todos los fallecidos (183 de 189) murieron por impactos de bala, detalla la comisión de la ONU, que solo ha tratado los incidentes hasta el 31 de diciembre, pese a que las marchas han continuado en el 2019.

Entre las víctimas mortales de las protestas, que piden el final del bloqueo israelí sobre Gaza y el retorno de los refugiados palestinos a sus hogares, hay 35 niños, trabajadores sanitarios y dos periodistas, que iban bien identificados, según indica el documento. Los soldados dispararon a una persona discapacitada en silla de ruedas.

La miembro de la comisión Sara Hussein, ha confirmado que el órgano de investigación cree que los soldados israelís sabían que se trataba de niños y periodistas, pero les dispararon.

INCAPACIDAD EN GAZA DE ATENDER A LOS HERIDOS

"No hay justificación para disparar a niños y personas discapacitadas que no suponen ningún riesgo", ha dicho Hussein. Otra miembro de la comisión, Betty Murungi, ha declarado que el sistema de salud en la Franja de Gaza no podía gestionar el alcance y la complejidad de las lesiones causadas a los heridos. También ha pedido a Israel que levante el bloqueo de Gaza, controlada por el movimiento islamista Hamás, y que permita que se dé asistencia médica a los heridos.

Veintinueve países miembros del Consejo de Derechos Humanos de la ONU apoyaron la investigación, incluidos España y Bélgica. Estados Unidos y Australia se opusieron a iniciarla, y Hungría, Gran Bretaña, Alemania, Eslovaquia y Croacia se abstuvieron.

El ministro de Relaciones Exteriores, Yisrael Katz, ha rechazado el informe, que destaca el daño que algunos manifestantes causaron a soldados israelís en los enfrentamientos. Katz ha calificado al consejo de "teatro del absurdo" y ha agregado que la ONU había "producido otro informe hostil, falso y parcial contra Israel", basado en "información falsificada que no está verificada" con "el objetivo de difamar a la única democracia en Oriente Medio y su derecho a defenderse contra el terrorismo de una organización asesina".