La Misión de Asistencia de Naciones Unidas en Afganistán (UNAMA) ha anunciado este martes el envío de un equipo de investigación a la ciudad de Dasht-i-Archi a causa de las "alarmantes" informaciones sobre el bombardeo llevado a cabo el lunes por la Fuerza Aérea afgana contra una madrasa (escuela coránica) de la localidad y que puede haber causado decenas de víctimas, entre ellas numerosos civiles.

"La UNAMA investiga de forma activa los alarmantes informes sobre graves daños a civiles ayer en un bombardeo en Dasht-i-Archi, en Kunduz", ha señalado en un mensaje en la red social Twitter. "Hay un equipo de Derechos Humanos sobre el terreno estableciendo los hechos. Se recuerda a todas las partes la obligación de proteger a los civiles del impacto del conflicto armado", ha agregado.

Fuentes oficiales citadas por la agencia afgana de noticias Pajhwok señalaron el lunes que al menos 15 talibanes habían muerto en el bombardeo contra la madrasa, ubicada en un bazar de la ciudad.

En el momento del bombardeo podía encontrarse en el lugar el mulá Beryani, un alto cargo de los talibanes miembro del Consejo de la Shura de Quetta, si bien este extremo no ha sido confirmado.

CEREMONIA DE GRADUACIÓN

Sin embargo, fuentes del Hospital Civil de Kunduz han señalado que en el lugar había cerca de 500 estudiantes y han elevado el balance de víctimas a 60 muertos y un centenar de heridos. Residentes de la localidad han rebajado a 200 los civiles presentes en el lugar.

Estas fuentes han indicado que el objetivo del ataque aéreo era una ceremonia de graduación en la que estaban presentes miembros de los talibanes, y han agregado que habría "más de 60 víctimas, entre muertos y heridos".

En esta línea, fuentes locales citadas por la cadena de televisión local Tolo TV han asegurado que el ataque aéreo había dejado 50 civiles muertos y 150 heridos.

Esta cifra ha sido rechazada por el jefe de la Policía de Kunduz, Abdul Hamid Hamidi, quien ha recalcado que no ha habido víctimas civiles, si bien la agencia local Pajhwok ha publicado fotografías en las que aparecen niños entre los heridos.

Por su parte, el portavoz de los talibán, Zabihulá Muyahid, ha negado que hubiera insurgentes en la madrasa y ha señalado que hay 150 víctimas civiles, entre muertos y heridos.

COMIENZAN LOS FUNERALES

Durante la jornada de este martes, Sayed Jan, uno de los residentes de la localidad, ha señalado que ha participado en dos funerales de alrededor de 40 personas en total.

"Había dos fosas comunes para enterrar a las víctimas del ataque y participé en ambos funerales. En una tumba había 16 personas y en la otra 21. Muchos eran niños", ha dicho, en declaraciones a la agencia británica de noticias Reuters.

"Había otros entierros y la gente estaba cavando tumbas", ha agregado, apuntando a la existencia de más víctimas mortales a causa del ataque aéreo.

Así, ha confirmado que el ataque fue llevado a cabo durante una ceremonia religiosa en la que se felicitaba a jóvenes que habían logrado memorizar la totalidad del Corán.

UNA CIUDAD PARTIDA

Las autoridades afganas reforzaron la presencia de las fuerzas de seguridad en la ciudad hace cerca de dos años para intentar expulsar a los talibanes, y desde entonces se han sucedido los combates.

El jefe de la Policía local, Niaz Mohamad, ha asegurado que los insurgentes "cuentan con varios centros de entrenamiento y sus combatientes reciben formación sobre el uso de armas y colocación de explosivos, entre otras cosas".

Fuentes locales citadas por la cadena de televisión local Tolo TV han indicado que en la localidad hay 57 escuelas y madrasas, de las que únicamente 14 están en zonas bajo control del Gobierno.