Las organizaciones humanitarias internacionales, la ONU y la Cruz Roja se preparaban ayer para hacer frente a una catástrofe que coincidieron en señalar que no tiene precedentes y que va a suponer, en el caso de las Naciones Unidas, la mayor operación de ayuda humanitaria de su historia. Mientras el recuento de víctimas de la tragedia crece hora a hora, el tifus, la diarrea y la hepatitis amenazan a las decenas de miles de supervivientes del terremoto.

"Creo que esto no tiene precedentes. Nunca hemos hecho frente a algo así", subrayó la coordinadora adjuntad de la ONU para las operaciones de emergencia, Yvette Stevens. "Estamos ante el peor desastre natural en la historia reciente porque afecta a una áreas costeras densamente pobladas y a comunidades muy vulnerables", añadió.

La ONU va a concentrar sus esfuerzos en los países más afectados, como Sri Lanka, donde se esperaba la llegada inminente de especialistas para evaluar las necesidades de la isla, que lloraba ayer a casi 11.00 muertos. Otro equipo era esperado en las islas Maldivas mientras que otros especialistas debían asesorar a las autoridades de Tailandia e Indonesia a coordinar la ayuda que empieza a llegar ya a la región.

MEDICINAS Y LETRINAS Diversos países han pedido letrinas móviles y medicamentos para alejar el riesgo de epidemias. También se han demandado tabletas purificadoras de agua y fármacos para luchar contra la malaria.