El coordinador internacional de la plataforma Cuba Democracia Ya, Rigoberto Carceller, aseguró ayer que no descartaba la posibilidad de que el escritor y disidente cubano Raúl Rivero, condenado a 20 años de cárcel, fuera "deportado a España a finales del próximo diciembre o principios de enero", como fruto de las negociaciones mantenidas por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero con el régimen cubano.

Rivero es uno de los 14 presos políticos que las autoridades de La Habana trasladaron a un hospital de la cárcel de Combinano del Este, en La Habana, horas después de que se reanudaran los contactos oficiales con España. Los familiares de estos disidentes se muestran esperanzados de que la medida sea el paso previo para su excarcelación.

Por otra parte, en sectores de la oposición interior al régimen cubano se rumorea que la medida podría extenderse al resto del denominado "grupo de los 75", en referencia a los 75 disidentes que fueron arrestados y condenados a penas de entre 10 y 28 años de cárcel en la primavera del 2003.

LAS SANCIONES DE LA UE Fuentes diplomáticas subrayaron ayer que la excarcelación de los disidentes "ayudaría" a que la Unión Europea reconsiderara las sanciones decretadas contra La Habana en junio del 2003.

La esposa de Rivero, Blanca Reyes, asegura que no sabe nada de una posible deportación a España. Reyes subrayó ayer que su esposo se encuentra bien. "Hablé con él el viernes por la noche. Lo único que sé es que me van a conceder una visita antes del miércoles", dijo a este diario. Reyes añadió que, en los últimos días, se había notado una "distensión en la conducta del Gobierno".

La esposa de Rivero, de la misma manera que el resto de familiares de los otros presos disidentes que han sido trasladados, se muestra optimista y expectante ante la posible liberación del escritor y periodista encarcelado: "Trato de ser coherente y estoy ilusionada. Pienso que si no prepararan algo, no tendría ningún sentido que los hubieran trasladado a La Habana".

Menos optimista se mostró, sin embargo, Oswaldo Payá, el líder del Movimiento Cristiano de Liberación, quien subrayó al respecto que "todavía no hay suficientes elementos" para poder sacar conclusiones. Según Payá, todo podría tratarse de "una jugada para reforzar la posición española".