"El virus existe, la pandemia no". El cartel resumió en las calles de la ciudad de Buenos Aires la protesta contra el confinamiento que la oposición de derechas convocó a través de las redes sociales y que el Gobierno del presidente Alberto Fernández ha calificado de irresponsable por sus consecuencias sanitarias. Argentina tuvo este lunes 111 nuevas muertes y 4.557 casos positivos de coronavirus. Hasta el momento, la cantidad de fallecidos es de 5.814, mientras que los contagios ascienden a 299.126. Si bien el total de decesos es acotado respecto a los otros países latinoamericanos, la creciente indisciplina social, derivada de cinco meses a cuarentena y una fuerte prédica mediática contra el aislamiento social, hace temer a las autoridades un posible colapso hospitalario si se mantiene en alza el número de infecciones de las últimas semanas.

"Quiero pedir perdón a los médicos y las médicas, enfermeros y enfermeras, y a todo el personal esencial que está poniendo el cuerpo todos los días, por no haber logrado evitar que la oposición buscara otra manera de protestar que no ponga en riesgo a la gente", dijo por la noche el jefe de ministros, Santiago Cafiero. "Cuando todo esto pase, la enorme mayoría de los argentinos vamos a poder decir que promovimos la solidaridad y que honramos la memoria de los muertos por esta enfermedad. Entre esa enorme mayoría va a haber hombres y mujeres de todo el país y de todos los partidos. Pero también habrá una minoría que no va a poder decir esto cuando mire a los ojos a sus hijos", añadió.

Propuesta Republicana (PRO), el partido del ex presidente Mauricio Macri, actualmente de vacaciones en Francia, saludó a los ciudadanos de clase media y alta que en sus automóviles o a pie participaron de las movilizaciones en distintas ciudades del país. Para Patricia Bullrich, la respuesta de un sector de la sociedad es un indicio de que la derecha está en condiciones de "volver a ser Gobierno". De acuerdo con la ex ministra de Seguridad, "la cuarentena puede que no exista para él (el presidenteFernández), pero existe para miles de trabajadores gastronómicos, de artistas, de plomeros, un montón de gente que está realmente pasándola mal, sin trabajar".

La marcha fue convocada por las redes sociales en un día festivo en Argentina, al conmemorarse el 170 aniversario del fallecimiento del General José de San Martín, libertador de Argentina, Chile y Perú, y también sirvió para expresar el rechazo a otros proyectos del peronismo como la reforma judiciail o el impuesto a las grandes fortunas para enfrentar los efectos económicos de la pandemia.

Distintas reacciones

"Ha marchado el frente anticuarentena. Este sector social representa el triunfo de la cultura neoliberal. Están aglutinados por un odio muy trabajado en los años macristas. Esto produjo una paranoia generalizada en una parte de lo social fundamentada en una omnipotencia muy peligrosa del ¿yo puedo hacer lo que quiero. Desoyen a los expertos de salud y a sus compatriotas. Constituyen un verdadero peligro. Es una forma de terrorismo en sus dos caras. Es sacrificial y es homicida. Está fundamentado en una idea de libertad y cuerpo individual que nada tiene que ver con la salud pública", dijo la psicóloga Nora Merlín.

Para Joaquín Morales Solá, columnista del diario 'La Nación', el Gobierno tiene enfrente a "una sociedad sin miedo" que "está cansada de que el poder le diga qué debe hacer, cómo debe actuar, con quién debe verse y hasta dónde debe ir, si es que va". A su criterio, y más allá de la cuestión sanitaria, una parte de los argentinos expresa su aversión hacia la vicepresidenta y ex mandataria (2007-2015), Cristina Fernández de Kirchner.

La vacuna

La protesta ha tenido lugar pocos días después de que Fernández anunciara que Argentina producirá junto con México y para toda América Latina, con excepción de Brasil, la vacuna contra el coronavirus desarrollada por el laboratorio británico AstraZeneca en colaboración con la Universidad de Oxford. El Gobierno atribuyó el logro a la excelencia científica que existe en el país. Algunos adversarios saludaron el logro. Pero la tregua política no duró siquiera una semana.