Los embajadores de los 26 países miembros de la OTAN, después de tres días de intensas discusiones, alcanzaron ayer "un principio de acuerdo para responder positivamente" a la petición del Gobierno interino iraquí de ayudar a la formación de sus fuerzas de seguridad, según anunció ayer el secretario general de la Alianza Atlántica, Jaap de Hoop Scheffer.

La ayuda técnica al Gobierno iraquí se concretará durante la cumbre que la OTAN iniciará mañana lunes en la ciudad turca de Estambul, precisó De Hoop Scheffer, y en la que participará el presidente de Estados Unidos, George Bush.

SIN COMPROMISO MILITAR Las modalidades de esa asistencia se realizarán en el marco de la resolución de las Naciones Unidas sobre el traspaso de soberanía y su alcance quedará circunscrito por la citada resolución, según el principio de acuerdo alcanzado entre los aliados. Los embajadores dejaron claro que no habrá ninguna implicación militar de la OTAN en la sangrienta posguerra iraquí. Francia y Alemania ni siquiera aceptan realizar esa formación de las fuerzas iraquís en el territorio del país.

Los ministros de Defensa de los 26 países aliados se reunirán hoy por la tarde en Estambul para preparar el reforzamiento de la misión de pacificación de la Alianza Atlántica en Afganistán y la modernización de las capacidades militares aliadas.

ELECCIONES AFGANAS La OTAN tiene previsto anunciar durante la cumbre que está definitivamente lista para asumir el mando de cuatro o cinco nuevos equipos de reconstrucción provincial en el norte y oeste de Afganistán y que incrementará el número de soldados en el país para reforzar la seguridad ante las elecciones legislativas de septiembre.

Sin embargo, las reiteradas promesas y anuncios de la OTAN durante los últimos nueve meses de desplegar sus fuerzas más allá de Kabul se han estrellado hasta ahora con la reticencia de los países aliados en suministrar los equipos militares, transportes, helicópteros y tropas necesarias para ello. De los cinco equipos regionales prometidos sólo funciona de momento el de Kunduz (norte de Afganistán), bajo mando alemán y con enormes y crecientes problemas de seguridad.

La OTAN confiaba en que España asumiría el mando de uno de esos equipos regionales, pero el Gobierno español ha dejado claro que su contribución adicional a los 140 soldados desplegados en Afganistán se limitará a un centro médico avanzado en el aeropuerto de Kabul y medios de transporte aéreo, según reconocieron fuentes atlánticas.

La operación de Afganistán constituye un auténtico test sobre la capacidad real de la OTAN de realizar operaciones militares en zonas muy alejadas de su territorio. Horas antes del inicio de la cumbre, aún no está claro quién suministrará los 200 soldados necesarios para asegurar el funcionamiento mínimo de los equipos regionales de reconstrucción, ni los medios de transporte imprescindibles para la operación.

Las autoridades turcas han extremado las medidas de seguridad para la cumbre, pero sin poder evitar que sigan produciéndose incidentes, como el estallido ayer de una pequeña bomba junto a un banderola contra la OTAN, que no causó heridos.