La desconfianza de la OTAN sobre Rusia es total. Sus campañas de desinformación e interferencias electorales, sus continuas actividades de desestabilización en Ucrania o el desarrollo de nuevas capacidades balísticas bajo el más estricto secreto siguen poniendo en jaque la relación con el Kremlin y originando tensiones. Este miércoles el secretario general de la Alianza, Jens Stoltenberg, ha vuelto a dejar claro que esperan que Moscú “cumpla plenamente” el Tratado de Fuerzas Nucleares -firmado en 1987 y que abolió laos misiles balísticos, nucleares o convencionales de medio alcance- y que lo haga de forma transparente.

Este tratado, ha explicado Stoltenberg sobre el pacto que prohibió los misiles con un radio de acción de entre 500 y 5.500 kilómetros, ha sido “extremadamente importante para la seguridad y estabilidad de Europa” y por eso los aliados se toman tan seriamente cualquier posible violación. “Recuerdo cuando Rusia desplegó misiles de medio alcance durante los años 70 y 80. La OTAN respondió y tuvimos una carrera armamentística en Europa”, ha recordado a su llegada a la reunión ministerial de defensa que celebran este miércoles y jueves en Bruselas.

Por eso, “Rusia tiene que cumplir de forma transparente y verificable. Hoy no lo hacen porque no son transparentes cuando desarrollan un nuevo misil -el denominado 9M729- cuya existencia han negado durante mucho tiempo y ahora admiten existe”, ha replicado. Según el máximo responsable de la Alianza, mientras Rusia no responda a las preguntas de los aliados “lo más plausible es que estén violando este Tratado”, tal y como lleva denunciado Estados Unidos reiteradamente desde hace años.

Su embajadora ante la OTAN, Kay Bailey Hutchinson, advirtió el martes que el gobierno estadounidense está dispuesto a “eliminar” los misiles rusos si hiciera falta. Aunque posteriormente matizó que no se refería a ningún ataque preventivo. “La embajadora ya clarificó que lo que quería decir es que es importante que Rusia cumpla con el Tratado”, ha apostillado este miércoles Stoltenberg.

Además de hablar de las capacidades balísticas y nucleares, la cita también servirá para establecer el nuevo centro de ciberoperaciones para reforzar la defensa en un ámbito del que proceden cada vez más ataques. “Son cada vez más frecuentes, sofisticados y más coercitivos” y por eso los aliados han decidido compartir también cibercapacidades como ya han anunciado Reino Unido o Dinamarca. “Es tan importante que por eso hemos decidido que un ciberataque también puede activar el artículo 5 de defensa colectiva”, ha explicado.

NUEVO DEBATE SOBRE GASTO EN DEFENSA

La de este miércoles y jueves es la primera reunión ministerial de defensa de la OTAN desde que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sembrara el caos y dinamitara la cumbre de jefes de estado y de gobierno el pasado mes de julio. La cita estuvo entonces marcada por amenazas y reproches a la mayoría de países aliados por no dedicar como mínimo el 2% del PIB al gasto en defensa, pero muy especialmente a Alemania, a la que el magnate neoyorquino llegó a acusar de enriquecer a Rusia por pagar “millones” por su gas.

Desde entonces las aguas parecen haberse calmado y nada indica un enfrentamiento de esta envergadura. Es más, Stoltenberg ha vuelto a recordar este miércoles que los aliados han hecho “progresos significativos” y que en los últimos dos años han gastado en defensa 41.000 millones de euros más. “La cumbre mostró un nuevo sentido de urgencia para invertir el 2% y dotarse de planes nacionales” y “hemos hecho progresos significativos”, ha valorado.